lunes, 3 de diciembre de 2007

VUELTA PARA PERERA EN EL CIERRE FERIAL


Escribe: Carlos Castillo
Fotos: Sofía Castillo

Con un tercio de entrada en los tendidos ayer se celebró la cuarta corrida, "Corrida de la Prensa Taurina", sexta del abono de la Feria del Señor de los Milagros, en la Plaza de Acho. La corrida se saldó con la solitaria vuelta al ruedo alcanzada por el diestro español Miguel Ángel Perera, y erigirse como ganador del trofeo del Círculo de Periodistas Taurinos del Perú. En cambio, sin suerte, actuaron el nacional Freddy Villafuerte y el hispano Palomo Linares Danko.



Paseillo de la última de Feria

Se lidiaron un toro mexicano de Fernando de la Mora, salido en primer lugar, y cinco reses, también mexicanas, de la ganadería de Teófilo Gómez, desiguales en presentación y juego.

Antes de la salida del primero de la tarde el alcalde del Rímac le hizó entrega de un reconocimiento al matador peruano Freddy Villafuerte, por su comparecencia en once ediciones feriales.

Freddy Villafuerte, quien se despedía de la afición limeña, tuvo en sus manos el lote más manejable, de los de orejas de verdad. Puso empeño en ambos, pero sin terminar de entregarse. En el primero se hizo aplaudir en algunos pasajes de su labor, pero sin llegar a convencer a los asistentes. Mata mal y le pitan su actuación, mientras su oponente es arrastrado entre aplausos. En el otro, se vió desbordado por la fijeza y repetición de su adversario, por lo que el público gritaba ¡Toro!, ¡Toro!, ¡Toro!. El torero lo intento, sin conseguirlo, por lo que fue abroncado, y el astado ovacionado.
Freddy Villafuerte en un derechazo
Miguel Ángel Perera, quien entró en el cartel en sustituición de Julián López "El Juli", que a su vez sustituía a Enrique Ponce, le tocó pechar con el lote de más escasa presencia y blandura, pero tuvo una actuación en la que puso en evidencia el buen momento por el que atraviesa. En ambos sus conocimientos de los terrenos y las distancias le pudieron llevar a premios mayores, de no ser por su fallo a espadas. En el primero le intrumento una faena magnificamente construida a base del temple y ligazón, con el mérito de no atacar su débil embestida, que logró calar en los tendidos. Al estar desafortunado con el acero se silencio su meritoria labor y a su oponente. En el otro tuvo la cualidad de mantenerlo en pie, para luego irlo desengañandoló poco apoco, tomandose sus tiempos, y terminar desarrollando una faena aseada y maciza. Embarcó los muletazos con aplomo y valor, por lo que los naturales resultaron hondos y los circulares de clamor. Pero cuando ya tenía las orejas ganadas, otra vez la espada se la impidió, y hubo de conformarse con dar la vuelta al ruedo entre ovaciones, y su oponente entre palmas camino al desolladero.
Miguel Angel Perera en un templado natural
Palomo Linares Danko, quien hacía su debut en Lima, no terminó de acoplarse en su primero, que se aplomo, y que poco colabotró con el torero. Se hizó aplaudir en un quite por tafalleras y en algún muletazo estimable. Escucho un aviso, por no estar fino con los aceros, escuchó un aviso, y el silencio fue el balance para el astado y su lidiador. En el otro, se le notó más ganoso de no dejar escapar el triunfo, ante su complicado adversario, y estuvo pundonoroso con él, despues de ser volteado sin consecuencias. A base de confiarse y sus deseos de agradar le arrancó algunos pases que fueron estimados por los asistentes. Tardó en matar y escucho palmas de reconocimiento.
Palomo Linares en un quite por tafalleras

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