Los diestros españoles César Jiménez y Matías Tejela salieron a hombros por la Puerta Grande de la Plaza de Toros de Acho, despues de triunfar y cortar dos orejas cada uno al término de la tercera corrida de la Feria Taurina de Lima del Señor de los Milagros, "Corrida de la Beneficencia", celebrada esta tarde en la Plaza de Toros de Acho. Por su parte, el torero peruano Fernando Roca Rey estuvo desafortunado con la espada y se fue de vacío.
Con cerca de media entrada en los tendidos se lidiaron seis toros de la ganadería colombiana de La Ahumada, desiguales en presentación y juego. Nobles el primero y sexto. Complicados y sosos segundo y cuarto. Destacando el quinto y sexto por su bravura y nobleza. Fueron aplaudidos en el arrastre los que hicieron primero, tercero, quinto y sexto.
César Jiménez anduvo centrado y firme con el primero de su lote. Después de saludarlo con cuatro pases cambiados por la espalda de emoción, consiguió muletazos acompasados sin enmendarse, que calaron en los tendidos. La faena que era de premio la estropeó a la hora de matar y hubo de conformarse con una sonora ovación de reconocimiento. En el segundo, que no dió facilidades, pues echaba las patas y cara arriba, estuvo por encima de las condiciones del que le correspondió en suerte. Todo el merito fue del torero que actúo con oficio y poder para imponerse ante las deslucidas embestidas de su oponente. Logrando someterlo en una faena a base de valor, porfía y mando entre los pitones del que le correspondió en suerte, hasta conseguir ir desgranando muletazos de calidad y temple en una labor que resultó superior a su oponente. Mata de estocada entera ligeramente desprendida y el generoso presidente de plaza le concede las dos orejas.
Matías Tejela puso empeño ante el soso, incierto y complicado tercero, pero sin conseguir redondear faena, por lo que fue silenciado. En el otro, bravo y con trasmisión, estuvo más seguro y confiado, logrando hacerse ovacionar con el capote. Ya con la muleta logró una bien estructurada faena y de buen gusto por el pitón derecho, ya que por el otro no se podía actuar con lucimiento. A tal punto que fue cogido sin consecuencias que lamentar. Manoletinas, abaniqueo y adornos toreros, antes de dejar una estocada en buen sitio que tuvo rápidos efectos, y nuevamente el benévolente presidente de plaza premia con dos orejas al matador de turno.
Fernando Roca Rey fue aplaudido con capa y ovacionado en banderillas en su lote. En su primero, manejable, aunque se rajó pronto, corrió bien la mano en meritorios muletazos, pero sin conectar en los tendidos. Lamentablemente estuvo desacertado con la espada, hasta escuchar dos avisos. Tras doblar la res fue pitado. En el que cerró plaza que dió facilidades, por su bravura y nobleza, aunque se vino a menos mediada la faena, realizó una labor muleteril en la que el valor, entrega y pundonor fueron sus mejores cartas. Sus muletazos por ambos lados tuvieron largura, temple y mando, que remató con vistosas bernardinas. Pero, otra vez, la espada, una materia que tiene pendiente, le privó de cortar apéndices. Escuchó una aviso, tras fallar repetidas veces, perdió la Puerta Grande y fue silenciado por la concurrencia.
Tras rodar el último toro de la tarde, en el mismo ruedo bajopontino, se le concedió a Matías Tejela el trofeo "Chalán de Plata", como triunfador de la "Corrida de la Beneficencia" de la Feria del Señor de los Milagros.
César Jiménez, ovación y dos orejas.
Matías Tejela, silencio y dos orejas.
Fernando Roca Rey, pitos, tras dos avisos y silencio, tras aviso.
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