Por María García
Aficionada de España
Opinión y Toros
El torero que mas ha indultado dicen. En estos días se ha marcado dos indultos, en Alicante y León. No es un asunto para tomarlo a broma, pero lo parece. Indultar un toro debería ser una cosa muy seria y no una cosa muy poncista. Pero ahí le tienen en lo más alto del escalafón indultador.
Repito, que es muy serio, pero si no te lo tomas a broma, es indigerible. No hay quien digiera esa fiebre por acaparar titulares del torero valenciano. Lo más tonto de las ganaderías, lo que lidia él, cae en sus manos y da rienda suelta a esa forma tan cursi de aplicarle la técnica adecuada. Consiste en no obligarle nada, por si se cae; no traérselo a la cintura, por si le coge; darle aire, mucho aire, con el capote y la muleta a distancia, por si se marea; y camelar al público de la necesidad de indultar.
Es todo es un maestro, ¡¡menudo maestro!!, pero en lo último tiene ayudantes por el callejón. Su suegro, Victoriano Valencia, le ayuda en los aspavientos y miradas al público y al palco para calentar el ambiente. Todo un espectáculo el que montan con la cuadrilla incluida, que parece que van a entrar en éxtasis.
Bochorno sin embargo supone para cualquier aficionado de verdad. Ver ese torito aborregado que cumple con el papel de educado y obedece cuantas órdenes le va dando el maestro Ponce, que si un día se le ocurriera mandarle a por el periódico también iría el animal, iría hasta sin quejarse del encargo, sin un atisbo de agresividad ni fiereza. Bravura y fuerzas tampoco, pues de eso no ve el de Chiva.
Me apresuro a escribir estas líneas después de vivir el bochorno el otro día en Alicante. Ni un pase de verdad, todos con el pico y la pierna retrasada. Mucho empalago a la hora de simular el toreo y el toro cuanto más lejos mejor. ¿Hasta cuando vamos a tener que aguantar a este torero de salón, pero despegado además?. Al menos los demás se los pasan más cerca aunque sean los mismos toritos.
Cuántos ha indultado en Madrid que es donde más corridas se dan. Ni él ni nadie. Uno en la historia, y era de Victorino. Por cierto como era bravo y encastado, amante de la pelea, tardó una hora en que se lo llevaran los cabestros, allí quería seguir. El de Alicante, el otro día, de un muletazo, hábilmente colocado el matador, se fue a toriles con ganas para no volver. Como si supiera qué camino elegir. ¿Y eso es de bravo?.
Lo de Ponce clama al cielo. Ni se mancha siquiera. Y que no me vengan con el camelo de que eso es lo que debe hacer un torero. Torea con el mando a distancia y ese es todo el mérito que hay que anotarle en su depurada técnica. También habrá que reconocerle que no llenará las plazas, pero tiene camelados a los espectadores de las plazas por las que le gusta indultar.
Ponce será el indultador, pero yo le llamo el insultador, porque lo que hace insulta y ofende la inteligencia.
Aficionada de España
Opinión y Toros
El torero que mas ha indultado dicen. En estos días se ha marcado dos indultos, en Alicante y León. No es un asunto para tomarlo a broma, pero lo parece. Indultar un toro debería ser una cosa muy seria y no una cosa muy poncista. Pero ahí le tienen en lo más alto del escalafón indultador.
Repito, que es muy serio, pero si no te lo tomas a broma, es indigerible. No hay quien digiera esa fiebre por acaparar titulares del torero valenciano. Lo más tonto de las ganaderías, lo que lidia él, cae en sus manos y da rienda suelta a esa forma tan cursi de aplicarle la técnica adecuada. Consiste en no obligarle nada, por si se cae; no traérselo a la cintura, por si le coge; darle aire, mucho aire, con el capote y la muleta a distancia, por si se marea; y camelar al público de la necesidad de indultar.
Es todo es un maestro, ¡¡menudo maestro!!, pero en lo último tiene ayudantes por el callejón. Su suegro, Victoriano Valencia, le ayuda en los aspavientos y miradas al público y al palco para calentar el ambiente. Todo un espectáculo el que montan con la cuadrilla incluida, que parece que van a entrar en éxtasis.
Bochorno sin embargo supone para cualquier aficionado de verdad. Ver ese torito aborregado que cumple con el papel de educado y obedece cuantas órdenes le va dando el maestro Ponce, que si un día se le ocurriera mandarle a por el periódico también iría el animal, iría hasta sin quejarse del encargo, sin un atisbo de agresividad ni fiereza. Bravura y fuerzas tampoco, pues de eso no ve el de Chiva.
Me apresuro a escribir estas líneas después de vivir el bochorno el otro día en Alicante. Ni un pase de verdad, todos con el pico y la pierna retrasada. Mucho empalago a la hora de simular el toreo y el toro cuanto más lejos mejor. ¿Hasta cuando vamos a tener que aguantar a este torero de salón, pero despegado además?. Al menos los demás se los pasan más cerca aunque sean los mismos toritos.
Cuántos ha indultado en Madrid que es donde más corridas se dan. Ni él ni nadie. Uno en la historia, y era de Victorino. Por cierto como era bravo y encastado, amante de la pelea, tardó una hora en que se lo llevaran los cabestros, allí quería seguir. El de Alicante, el otro día, de un muletazo, hábilmente colocado el matador, se fue a toriles con ganas para no volver. Como si supiera qué camino elegir. ¿Y eso es de bravo?.
Lo de Ponce clama al cielo. Ni se mancha siquiera. Y que no me vengan con el camelo de que eso es lo que debe hacer un torero. Torea con el mando a distancia y ese es todo el mérito que hay que anotarle en su depurada técnica. También habrá que reconocerle que no llenará las plazas, pero tiene camelados a los espectadores de las plazas por las que le gusta indultar.
Ponce será el indultador, pero yo le llamo el insultador, porque lo que hace insulta y ofende la inteligencia.
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