A José Luis García- Palacios y Alvarez es de los pocos ganaderos a los que llamó por teléfono para que me suelte unas becerras para tentar. Supongo con buen criterio que no es un honor para él, más bien un fastidio o quizás y esto es lo más probable, un sacrificado, por su parte, cumplimiento hacia una sincera y recíproca amistad.
Como yo le digo:
"José Luis, cada vez que te rezo atiendes sin demora a mis plegarias"
La verdad es que todos los años aparta unas cuantas becerras para este que hoy os escribe... y son ya algunos años seguidos... yo, eternamente agradecido.
Siempre pensé que los taurinos me ayudaban (cada uno dentro de lo que puede o quiere) sencillamente en honor a la amistad. En el toreo, como en la vida, nadie es imprecindible. Siempre hay y sobran incluso gentes para todo. Siempre habrá quién tiente las becerras, quién compre las corridas o quién las maté y triunfe con ellas. Otra cosa bien distinta es si el personaje en cuestión es buena gente y se disfruta de su compañía. Digo esto porque hay toreros que aburren hasta la saciedad, algunos delante del ganado, otros en la calle y los más dentro y fuera del ruedo; no es mi caso, al menos asiduamente.
Pues bien, la tarde del Jueves 26 de Marzo 2.009 tenté en Concha y Sierra, ganadería propiedad de mi amigo del alma. En media hora, desde la puerta de mi casa en Huelva, estaba en la finca "El Campillo" o "Dehesa Boyal" (a día de hoy todavía no sé en cual de las dos fincas está la plaza de tientas). Fueron dos becerras de ensueño las que me cupo en suerte y esto, no lo escribo por amistad, ya que fueron testigo de las letras que hoy hago públicas un centenar de espectadores que acudieron a la preciosa plaza de tientas. Compartí "cartel" con el novillero Fernando del Toro, de buenas formas toreras. La mayoría de estos aficionados eran y pertenecen al Club Taurino de Murcia, que es, si no me equivoco el más antiguo del mundo, con 120 años desde su fundación. Tambien nos ayudó en estos menesteres un novillero murciano que venía con sus paisanos; lamento no acordarme de su nombre, pero si que estuvo muy bien en todo lo que hizo. Que bien almorzamos, que bien embistieron las gordas becerras, que bien se toreó, que bién se habló de toros. Todo tuvo armonía. No puede ser de otras forma estando con un ganadero de los pies a la cabeza. ¡Cuanto disfruté!. Espero con ilusión que los presentes disfrutaran la mitad de lo que lo hice yo; con eso me conformo.
Un par de días después, es decir, el Sábado 28 de Marzo, era el cumpleaños del cantaor Arcangel. Se celebró en la finca Rebujena Alta, propiedad de mi entrañable amigo José María Gil Silgado. A mediodía se soltaron a la coqueta plaza de tientas dos bravas y con motor becerras de Guateles. Ni que decir tiene, que sin estar mal no estuve sensacional. Con los 23 años que llevo desde que dí mi primer capotazo he aprendido o mejor dicho, me he resignado a saber que me cuesta un mundo ponerme delante de lo que se mueve sin clase y mucho más pegarle pases buenos. Contentos nos fuimos a almorzar todos los invitados. Yo después de darme una ducha porque sudé lo que no está en los escritos. A esa hora llegaron mis "hermanos" Miguel Báez "Litri" y Emilio Silvera junto al maestro Paco Ojeda, como también Javier Conde y su esposa, la inigualable artista Estrella Morente entre otros. Entre todos programaron torear una becerra por la noche:
Como yo le digo:
"José Luis, cada vez que te rezo atiendes sin demora a mis plegarias"
La verdad es que todos los años aparta unas cuantas becerras para este que hoy os escribe... y son ya algunos años seguidos... yo, eternamente agradecido.
Siempre pensé que los taurinos me ayudaban (cada uno dentro de lo que puede o quiere) sencillamente en honor a la amistad. En el toreo, como en la vida, nadie es imprecindible. Siempre hay y sobran incluso gentes para todo. Siempre habrá quién tiente las becerras, quién compre las corridas o quién las maté y triunfe con ellas. Otra cosa bien distinta es si el personaje en cuestión es buena gente y se disfruta de su compañía. Digo esto porque hay toreros que aburren hasta la saciedad, algunos delante del ganado, otros en la calle y los más dentro y fuera del ruedo; no es mi caso, al menos asiduamente.
Pues bien, la tarde del Jueves 26 de Marzo 2.009 tenté en Concha y Sierra, ganadería propiedad de mi amigo del alma. En media hora, desde la puerta de mi casa en Huelva, estaba en la finca "El Campillo" o "Dehesa Boyal" (a día de hoy todavía no sé en cual de las dos fincas está la plaza de tientas). Fueron dos becerras de ensueño las que me cupo en suerte y esto, no lo escribo por amistad, ya que fueron testigo de las letras que hoy hago públicas un centenar de espectadores que acudieron a la preciosa plaza de tientas. Compartí "cartel" con el novillero Fernando del Toro, de buenas formas toreras. La mayoría de estos aficionados eran y pertenecen al Club Taurino de Murcia, que es, si no me equivoco el más antiguo del mundo, con 120 años desde su fundación. Tambien nos ayudó en estos menesteres un novillero murciano que venía con sus paisanos; lamento no acordarme de su nombre, pero si que estuvo muy bien en todo lo que hizo. Que bien almorzamos, que bien embistieron las gordas becerras, que bien se toreó, que bién se habló de toros. Todo tuvo armonía. No puede ser de otras forma estando con un ganadero de los pies a la cabeza. ¡Cuanto disfruté!. Espero con ilusión que los presentes disfrutaran la mitad de lo que lo hice yo; con eso me conformo.
Un par de días después, es decir, el Sábado 28 de Marzo, era el cumpleaños del cantaor Arcangel. Se celebró en la finca Rebujena Alta, propiedad de mi entrañable amigo José María Gil Silgado. A mediodía se soltaron a la coqueta plaza de tientas dos bravas y con motor becerras de Guateles. Ni que decir tiene, que sin estar mal no estuve sensacional. Con los 23 años que llevo desde que dí mi primer capotazo he aprendido o mejor dicho, me he resignado a saber que me cuesta un mundo ponerme delante de lo que se mueve sin clase y mucho más pegarle pases buenos. Contentos nos fuimos a almorzar todos los invitados. Yo después de darme una ducha porque sudé lo que no está en los escritos. A esa hora llegaron mis "hermanos" Miguel Báez "Litri" y Emilio Silvera junto al maestro Paco Ojeda, como también Javier Conde y su esposa, la inigualable artista Estrella Morente entre otros. Entre todos programaron torear una becerra por la noche:
-A la luz de la luna- como dijo el genio Ojeda, también maestro en estas lides. El caso es que la íbamos a compartir...Llegó la noche y la luna no aparecía por ningun lado. Yo, entregado, deseando de que me vieran interpretar, fui el impulsor de soltar la becerra dentro de la plaza de tientas alumbrada tenuamente en una pequeña parte de la misma desde la puerta entreabierta por los focos encendidos con la luz corta de un todo terreno. Entre tanto no hubo wuisky, ni ron, ni ninguna clase de alcohol bebible, por si acaso, (por si hay algun mal pensado) solo alguien loco por pegar unos muletazos a toda costa. Tal como estaba vestido nos fuimos a la plaza con los trastos en el coche. Aquello era una locura en toda regla. Medio en broma, medio en serio la locura fue preciosa. Jamás en mi vida he toreado con más pasión, más roto y más desprendido con capa y muleta. Los oles eran tan de verdad y tan alto en volumen que cuando terminé de torear la noble, con clase y buena becerra nadie salió detras de mí y nadie habló una palabra. No se picó ni falta que hacía. Duró en tiempo, segun me dijeron, una barbaridad. Más duré yo. Si algun día soy capaz de expresar eso en un ruedo cualquiera ante un toro, juro por Dios que me cortaré la coleta allí donde sea y en ese mismo momento. Lo juro...Es muy difícil, casi imposible, que alguien pueda torear así. Solo está al alcance de unos cuantos que soñamos el toreo verdadero. Además tiene que surgir. A mi me ocurrió, de casualidad, pero me ocurrió. Y como dijo el genio Ojeda, Silvera, Litri, Conde, en fin todos:
-Ahora que venga otro y lo haga...Me emociono al recordarlo. Vanidad de vanidades. Si digo que lloré mientras toreaba pensaréis que es una cursilería. Si cuento esto, aquí y ahora, pensaréis que es una vanidad más de uno que no es nadie en el toreo y se conforma con estas "minucieses".
Es cierto, todo esto y mucho más, pero esos oles, esos gestos y esos silencios posteriores de estos toreros los llevaré conmigo con orgullo hasta que me muera. No creo que haya muchos en el mundo que puedan contar estas cosas. He presenciado muchísimas corridas de toros junto a muchos maestros y compañeros, donde se han indultando toros, se han cortado muchos trofeos y han salido los toreros que presenciaban el festejo bostezando de la plaza con la indiferencia marcada en sus rostros.
Para el día siguiente, Domingo 29 de Marzo, me invitó Javier Conde junto a los toreros mencionados a la ganadería de Las Monjas. Había 11 becerras en los corrales para él, que generosamente compartío con todos. A primera hora estábamos en la finca sevillana en mañana desapacible con viento y lluvia, tras una hora de viaje desde la Finca Rebujena Alta donde dormí. La verdad es que Manolo Bajo, al que no conocía personalmente hasta ese día, se portó de categoría, tanto él como su señora. No tanto sus becerras. En fin todos los tentaderos no pueden salir "redondos". Aunque hubo vacas importantes por su seriedad de hechura y embestidas. La lluvía, el viento y el frío molestó y restó voluntades.. "Litri" cerca de la chimenea a las primeras de cambio. Lo justificó porque estaba resfriado y con algo de fiebre, amén de estar retirado. Ya sabemos todos los taurinos de que no es torero de "rajarse" que digamos. Si hay uno con raza ese es "Litri". Silvera y yo decente a secas. Menos al genio Ojeda que aguantó el "tirón" embarrado de pies a cabeza más firme y con más ilusión que un chaval de quince años. ¡Torero de época! ¡que personalidad!. Y ya Conde ni os cuento; le hizo cosas geniales, complicadas de resumir entendiblemente. Estuvo soberbio con la mejor utrera del día. Aquello no se me dio bien y no lo atribuyo a las inclemencias ni al ganado. Creo que entre el maestro Ojeda y Conde me dieron un repaso importante que me cohibió. De Silvera me escapé en esta oportunidad (las suyas fueron las más malas en conjunto del tentadero). Es que cuando se torea al lado de este nivel es un milagro que no te libres de un "baño" aun sin llover. Nos acompañó el fotógrafo Pepe Sánchez del que, con su permiso mando unas fotos para el recuerdo.
El Martes 31 nos invitó a tentar a Emilio Silvera y al que escribe mi querido y entrañable amigo David Vilariño (torero retirado de los ruedos, mas no inactivo) en la finca "La Cantora". Compartimos tentadero con los alumnos de la escuela taurina de Ronda, dirigidos por el matador de toros retirado "Niño de Leo". Todo un lujo de como se deben hacer las cosas para que el toreo siga presente en las nuevas generaciones con respeto y conocimiento. Lo pasamos genial y toreamos a placer las dulces becerras caña de azúcar de Vilariño. A mí, como es casi habitual me tocó en suerte una extraordinaria. Es esta una de las típicas ganaderías donde salen ejemplares de escándalo y no está entre las más conocidas del toreo. Picó muy bien Juan Cuevas Luna (mayoral del maestro Paqurri y en la actualidad el único que permanece en Cantora a las ordenes de su actual propietaria la señora Isabel Pantoja, a quién le tiene alquilada la finca, menos el cortijo la familia Vilariño)
El día 5 de Abril estaba invitado por mi admirado amigo Antonio Muñoz, matador de toros y taurino de clase, quién no ha desarrollado como torero (de momento) todo lo mucho y bueno que lleva en su interior. No obstante, toreando como lo hizo en el tentadero a mi personalmente me vale para admirarlo por sus formas. En una tarde limpia de aire, transparente amistad y calida torería compartí tentadero con Pepe Moral, torero sevillano próximo a tomar su alternativa en La Maestranza por esas fechas quien estaba acompañado por el maestro Manolo Cortés, torero de toreros en maneras y conocimientos quien no intervino en el ruedo, tras invitación por este que escribe en una de mis vacas (estaba yo loco por verlo interpretar) básicamente por estar recuperándose de una lesión operada en las rodillas, junto al ya mencionado Antonio Muñoz. En la preciosa y exquisita plaza de tientas de la finca Doña Elvira disfrutamos de lo lindo. Yo me llevé el mejor lote, aunque a decir verdad, las seis salieron de escándalo. Don Antonio Muñoz, el ganadero, y su hijo Carlos, el representante, no me habían visto torear nunca y creo que dejé a su hijo y hermano Antonio bien parado.
En fin... alguien me dijo un día y hoy lo escribo:
-Un hombre entrañable es aquel que vive de sus recuerdos con alegría...
Foto: "Jesús de Fariña" tentando en la ganadería de Las Monjas.
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