La revista Semana Económica ha publicado los rasgos biográficos taurinos de nuestro buen amigo y torero aficionado José Ignacio Bullard. Los cuales demuestran la afición nato que lleva dentro.
TOREANDO
TOREANDO
José Ignacio Bullard
Revista Semana Económica
Creo que el primer juguete que tuve, o al menos que recuerde, fue un capotito y una muletita, con las que, con mi hermano menor y mi mejor amigo, jugábamos a las corridas de toros. Realmente transformábamos el patio de la casa de mis padres en una plaza de toros, le hacíamos un callejón con cajas viejas de frutas, construíamos un caballo de picar con sillas y los cojines de la sala.
Como nos faltaba una persona para completar el equipo, nuestra nana Casia hacia las veces de juez de plaza, público y era la encargada de poner la música en nuestra vieja radiola. El clarín que daba inicio a la corrida sonaba normalmente los sábados y domingos a las 6.00 a.m., y entre gritos, olés, broncas y pasodobles, despertábamos a todo el vecindario.
Recién a los 11 años sentí esa sensación indescriptible de ponerme frente a un animal de lidia, en la Ganadería Campo Nuevo. Desde ese día no he podido dejar detorear, y a los pocos meses de ese increíble encuentro tuve la suerte de hacer mi debut en público, lidiando una becerra en la kermesse de mi colegio, La Inmaculada.
Tuvieron que pasar 10 años más para debutar en un festival formal y lidiar con mi primer novillo en la plaza de Trujillo, y esperar luego a cumplir 31 años para debutar en Acho dentro de la feria del Señor de los Milagros 2003, en un festival de toreros aficionados donde tuve la suerte de ser el triunfador.
Actualmente conduzco la Asociación de Toreros Aficionados. Los socios (empresarios, doctores, economistas, entre otros) nos juntamos religiosamente todos los sábados a torear el ganado que podamos conseguir sin importar el tamaño ni la procedencia.
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