martes, 15 de diciembre de 2009

LA LECCIÓN DE HONOR DE FRANCIA

Una carta firmada por 133 políticos franceses volaba ayer hacia el Parlament en defensa de la Fiesta en vísperas del debate de la Ley Antitaurina. Mientras, anoche, Castella, la gran figura gala, clamaba por la universalidad del toreo

ABC.es

ZABALA DE LA SERNA / MADRID


Existe la sensación generalizada de que Francia, en lo taurino, nos saca a la Patria «inventora» de los toros varios cuerpos de ventaja. Mientras anoche en la Casa de ABC, un torero francés, Sebastián Castella, triunfador de la temporada 2009 y premio Vicente Zabala, exigía a los representantes de la política catalana «respeto y libertad para la Fiesta de los toros y para los catalanes que aman el espectáculo taurino; por eso es importante dejar clara nuestra opinión, sin miedo a las críticas, en voz alta y unidos», una carta de 133 representantes de la política francesa volaba hacia el Parlament con la misma petición. Cuarenta y dos alcaldes de las ciudades taurinas del Sur de Francia, veintidós senadores y sesenta y ocho diputados, se han unido en una misiva, previa excusa de inmiscuirse donde no les llaman, para agitar la bandera del toreo. «El Estado no debe erigirse en tutor de los ciudadanos imponiendo tradiciones o prohibiciones. La norma debe ser el respeto a la diferencia y a la voluntad individual. Si los toros dejan de gustar a una sociedad, se dejarán de organizar corridas y desaparecerán de forma natural», apelan al Parlamento de Cataluña, donde se debatirán el viernes las enmiendas a la totalidad que pueden frenar la Iniciativa Legislativa Popular (ILP) contra las corridas de toros. ¿Imaginan un movimiento semejante en la casta política española?.

Los abajo firmantes galos defienden la Fiesta como parte intrínseca de sus raíces culturales en su misiva, firmada también por el presidente del Consejo General de los Pirineos Orientales, y recuerdan que en su territorio están permitidas las corridas como en España, o sea, con muerte del toro en el ruedo: «Es el caso del sur de Francia, donde en muchas localidades los toros representan uno de los espectáculos más multitudinarios del calendario festivo y una de las manifestaciones de catalanidad más importantes, junto al rugby».

En tiempo paralelo a la emisión de la carta de los políticos franceses, durante la asamblea general de la Unión de Ciudades Taurinas Francesas organizada en Mont de Marsan, ha sido aprobada por unanimidad la proposición del Observatorio Nacional de las Culturas Taurinas de emprender las acciones oportunas para conseguir la inscripción de la Fiesta al patrimonio inmaterial de la Humanidad definido por la Unesco. Significaría a medio plazo la preservación definitiva de la cultura taurina frente a los ataques que padece por parte de agrupaciones que reivindican los «derechos de animales» que ningún organismo internacional reconoce.

Patrimonio Inmaterial

Francois Zumbiehl, encargado de misión de Unión Latina (organización intergubernamental que agrupa 37 países con sede en París) y vicepresidente del Observatoire National des Cultures Taurines, no tiene duda «de que las referencias y los modelos de vida de los países del norte, especialmente anglosajones, están en vía de imponerse a los demás pueblos a través de sus numerosísimas producciones audiovisuales y sus potentes medios de comunicación. La corrida no tiene cabida en sus sensibilidades norteñas». Y continúa con el peso de una lógica aplastante desarrollada sobre cimentados argumentos: «Los aficionados hoy en día no pueden mantenerse en una actitud pasiva. Frente a sus adversarios empedernidos tienen la obligación de defender y justificar, pacíficamente pero con firmes argumentos, su amor por la Fiesta. Para ello se pueden apoyar sobre dos textos fundamentales, firmados por el conjunto de los países miembros de la Unesco: la Convención sobre la protección de la diversidad de las expresiones culturales (2005), que marca como única condición el respeto de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, y la Convención para la salvaguardia del patrimonio cultural inmaterial de 2003».

En Francia, los aficionados, los profesionales y, sobre todo, los políticos del Sur, de Este a Oeste, forman la legión de honor que ofrece a este lado de los Pirineos toda una lección.

Foto: Sebastián Castella recibiendo el premio de manos de la presidenta-editora de ABC, Catalina Luca de Tena / ERNESTO AGUDO.

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