Fuente: Tauromaquias.
El pasado viernes 25 de junio se celebró la primera tarde taurina en honor a San Juan Bautista en la plaza de toros de Huambos (Cajamarca).
Con lleno total se lidiaron astados de las ganaderías de Paiján, La Viña de Paiján y El Olivar, que fueron bravos, embistieron con ambición al picador y dieron buen juego, aunque les faltó edad y trapío.
El torero español David Esteve (vestido de azul pavo y oro) recibió a su primer ejemplar de rodillas y continuó con verónicas. Con la muleta le toreó muy quieto, girando en círculos. No le fue bien con la estocada, dificultándose su labor por el fuerte viento, que caracteriza a la plaza de Huambos. Silencio.
El segundo pupilo de Paiján fue para Fernando Roca Rey (grana y oro), quien se ganó al público huambino nada más salir al ruedo e interpretar una buena tanda de verónicas. El coso explotó en palmas al poner el diestro dos pares de banderillas y gallear a su antojo. Brindó su faena a todos los presentes. Cumplió con muleta en mano y mató tras varios intentos, siempre complicado con el viento. Silencio.
Con el tercero, fueron protestadas las banderillas de los subalternos de Esteve, quien cambió los ánimos de los huambinos al redondear una buena faena que fue premiada con una oreja.
Foto: David Esteve.
El pasado viernes 25 de junio se celebró la primera tarde taurina en honor a San Juan Bautista en la plaza de toros de Huambos (Cajamarca).
Con lleno total se lidiaron astados de las ganaderías de Paiján, La Viña de Paiján y El Olivar, que fueron bravos, embistieron con ambición al picador y dieron buen juego, aunque les faltó edad y trapío.
El torero español David Esteve (vestido de azul pavo y oro) recibió a su primer ejemplar de rodillas y continuó con verónicas. Con la muleta le toreó muy quieto, girando en círculos. No le fue bien con la estocada, dificultándose su labor por el fuerte viento, que caracteriza a la plaza de Huambos. Silencio.
El segundo pupilo de Paiján fue para Fernando Roca Rey (grana y oro), quien se ganó al público huambino nada más salir al ruedo e interpretar una buena tanda de verónicas. El coso explotó en palmas al poner el diestro dos pares de banderillas y gallear a su antojo. Brindó su faena a todos los presentes. Cumplió con muleta en mano y mató tras varios intentos, siempre complicado con el viento. Silencio.
Con el tercero, fueron protestadas las banderillas de los subalternos de Esteve, quien cambió los ánimos de los huambinos al redondear una buena faena que fue premiada con una oreja.
Foto: David Esteve.
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