Los matadores españoles Enrique Ponce y Miguel Ángel Perera salieron a hombros de la Plaza de toros de Acho, tras cortar dos orejas cada uno, al término de la tercera corrida de la Feria del Señor de los Milagros, denominada "Corrida de la Beneficencia en la que se disputó el trofeo "Chalán de Plata" otorgado por la Sociedad de Beneficencia de Lima. El diestro francés Sebastián Castella fue silenciado.
Domingo 27 de noviembre, seis toros de la ganadería peruana de Roberto Puga, desiguales de presentación, terciados, nobles y manejables en general, aunque faltos de fuerzas, trasmisión y justos de raza recibiendo escaso castigo en varas. El segundo que se partió el pitón derecho fue cambiado por otro de la ganadería titular. Destacaron los lidiados en tercer, cuarto y sexto lugar que tuvieron calidad y nobleza. El resto fueron pitados en el arrastre.
Enrique Ponce, ovación y dos orejas.
Sebastián Castella, silencio, tras aviso y silencio.
Miguel Ángel Perera, dos orejas y silencio.
Tras deshacerse el paseíllo la terna fue obligada a saludar la ovación de bienvenida. Una vez finalizada la corrida Enrique Ponce recogió el trofeo "El Chalán de Plata", que premia al triunfador de la tarde. Durante la lidia del quinto toro correspondiente a Castella se arrojó al ruedo de espontáneo el novillero peruano "Pedrito de Cajas", que apenas tuvo opciones de dar un par de muletazos. En cuadrillas destacaron los banderilleros Ricardo Ramos "El Loro" en la brega y Manuel Quinta y César Caro en la pica. Ángelo Caro recibió la alternativa de picador de toros de manos de su tío César Caro. La plaza registró algo más de tres cuartos de entrada. Los aficionados hicieron escuchar sus gritos de disconformidad con el ganadero Roberto Puga y el empresario Freddy Villafuerte, siendo el gran responsable del disgusto perpetrado el presidente de plaza Víctor Vega que autoriza el espectáculo y aprueba el ganado.
Enrique Ponce ratificó su condición de primera figura del toreo. Fue ovacionado al finalizar su laboriosa labor en el que abrió plaza y cortó dos merecidas orejas, de las de verdad, a un noble y colaborador oponente. Ponce a este segundo de su lote le cuajó una faena con mucho oficio, disposición, empaque y mucha torería, consiguiendo una ovacionado faena de series de mano baja, lentas y de buen gusto, a los gritos de ¡Torero!, ¡Torero!, ¡Torero!, hasta lograr un acople total con dominio de terrenos y distancias que coronó con una soberbia estocada entrando por derecho que hizó rodar sin puntilla a su oponente.
Sebastián Castella tuvo que pechar con el lote menos propicio. En su primero, anovillado, pudo cortar trofeo, tras conseguir una meritoria faena con muletazos de trazo largo, pero que perdió por fallar con la espada. En su segundo, un toro tardo y de escasas fuerzas, estuvo breve trasteando con decoro y correción.
Miguel Ángel Perera cortó las dos primeras orejas de la tarde, la segunda entre opiniones divididas, tras lograr faena intensa y vibrante, de sometimiento y poder, citando en las distancias que el toro pedía, lo que le permitió torear con técnica y gusto por ambas pitones que tuvieron eco en los tendidos. En el que cerró plaza anduvo empeñoso y esforzado, logrando muletazos en terrenos de cercanías con valor y aguante a un astado soso y sin trasmisión, pero que no rubricó con el acero. (Foto: Miguel Delgado).
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