Enrique Ponce se alzó como el triunfador de la cuarta corrida de la Feria del Señor de los Milagros denominada "Corrida de la Prensa Taurina" celebrada ayer en la Plaza de Toros de Acho, tras cortar dos orejas, salir a hombros de la plaza y adjudicarse el trofeo del Círculo de Periodistas Taurinos del Perú. Sus alternantes en el cartel estelar de la feria taurina de Lima Julián López "El Juli" y José María Manzanares fueron ovacionados.
Con casi lleno en los tendidos se lidiaron astados de hasta cuatro ganaderías, cuatro de Roberto Puga, anovillados y de escasa presentación por los que fueron protestados, sosos y con pocas fuerzas, pero que acusaron nobleza. Los dos primeros, uno de Puga y otro de Montegrande, fueron devueltos a los corrales por falta de trapío, entre las fuertes protestas de los asistentes. En reemplazo del primero salió uno de La Ahumada, de juego desigual, y uno de San Esteban de Ovejas complicado, que salió en reemplazo del devuelto en segundo lugar.
Enrique Ponce consiguió cuajar una faena bastante superior a las condiciones del primero de su lote, que probaba en las embestidas. A este astado colombiano lo toreo con buena técnica, sometimiento y mando basado en la mano derecha, cobrando una oreja después de estocada desprendida. Al otro, que manseo en los caballos, pero de buenas condiciones en la muleta, lo toreo con entrega, gusto y cadencia por ambos pitones en larga faena que abrochó toreando de frente y matando de estocada trasera pero efectiva que le valió para cortar la segunda oreja de la tarde.
"El Juli" le instrumento una importante faena al toro de San Esteban violento y brusco que trasmitía peligro imponiéndose con solvencia y valor. Aunque sólo toreo por el pitón derecho, sus muletazos tuvieron poder y mando, por lo que recibió una merecida ovación después de matar de estocada trasera. En su segundo poco pudo hacer por su escaso juego. Después de esforzarse por agradar, abrevio y lo mato con habilidad siendo silenciada su labor.
José María Manzanares perdió trofeo por su empecinado intento de matar recibiendo al primero de su lote, que tuvo pocas fuerzas, después de haber logrado pases con elegancia, hondura y templanza, resignándose a agradecer un sonora ovación, antes escuchó un aviso de la presidencia. El último de la tarde tuvo poca raza para embestir y a pesar que lo intento por ambos pitones no consiguió levantar la faena y fue silenciado por la concurrencia.
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