Sin gloria, ni trofeos, concluyó ayer la tercera y última tarde taurina en honor a San Salvador en la plaza de toros de Ayapata (Puno), en la que actuaron los matadores venezolanos Luis Prato, Eduardo Valenzuela y el novillero peruano Joselito Riquelme, quienes tuvieron que enfrentar un encierro inaparente para la lidia.
Con lleno en los tendidos se lidiaron novillos de la región, descastados, mansos, complicados y que no dieron opciones para el lucimiento.
Luis Prato, palmas y silencio.
Eduardo Valenzuela, silencio y palmas.
Joselito Riquelme, silencio
Foto: Eduardo Valenzuela.
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