Con el corte de cuatro orejas y salida a hombros del matador español Francisco Torres Jerez y el venezolano Fabio Castañeda se saldo la primera corrida de la Feria en honor a la Virgen del Rosario “Mama Huarina” celebrada ayer en la plaza de toros monumental de la provincia de Huari (Ancash). Por su parte el diestro español Paco Ramos fue silenciado.
Una vez deshecho el paseíllo y antes de la salida del primer toro se cantó el Himno Nacional del Perú.
A Paco Ramos le correspondió el lote más deslucido y complicado del encierro. Al primero, que le buscaba las carnes, lo aliñó y lo mató fallando con los aceros. Al otro, que tenía media embestida y que desarrolló sentido, lo lidio por la cara para matarlo de estocada atravesada que hizo guardia.
Torres Jerez demostró su oficio bien aprendido en su lote, insistiendo mucho con el primero para conseguir pases lucidos y matar de media estocada. En el otro hizo el buen toreo mientras se lo permitió, para finalizar matando de certera estocada. Las dos orejas concedidas por la autoridad tuvieron división de opiniones entre la concurrencia.
Fabio Castañeda anduvo ganoso toda la tarde, banderilleando con lucimiento a los de su lote. A su primero, el más se movió y dejo, lo toreo por ambos pitones con firmeza y conexión, matando de estocada desprendida. Al que cerró plaza, manso y con peligro, le puso voluntad y deseos de agradar, finalizando con estocada baja. Las dos orejas cortadas contó con la generosidad de la concurrencia.
A plaza llena se lidiaron toros de Colorado, desiguales de presentación y descastados de juego en general, rajados después de la suerte de varas, complicando la labor de los lidiadores, quienes se esforzaron por estar encima de las condiciones de sus oponentes.
Paco Ramos, silencio y silencio.
Francisco Torres Jerez, oreja y oreja.
Fabio Castañeda, oreja y oreja.
Una vez deshecho el paseíllo y antes de la salida del primer toro se cantó el Himno Nacional del Perú.
A Paco Ramos le correspondió el lote más deslucido y complicado del encierro. Al primero, que le buscaba las carnes, lo aliñó y lo mató fallando con los aceros. Al otro, que tenía media embestida y que desarrolló sentido, lo lidio por la cara para matarlo de estocada atravesada que hizo guardia.
Torres Jerez demostró su oficio bien aprendido en su lote, insistiendo mucho con el primero para conseguir pases lucidos y matar de media estocada. En el otro hizo el buen toreo mientras se lo permitió, para finalizar matando de certera estocada. Las dos orejas concedidas por la autoridad tuvieron división de opiniones entre la concurrencia.
Fabio Castañeda anduvo ganoso toda la tarde, banderilleando con lucimiento a los de su lote. A su primero, el más se movió y dejo, lo toreo por ambos pitones con firmeza y conexión, matando de estocada desprendida. Al que cerró plaza, manso y con peligro, le puso voluntad y deseos de agradar, finalizando con estocada baja. Las dos orejas cortadas contó con la generosidad de la concurrencia.
A plaza llena se lidiaron toros de Colorado, desiguales de presentación y descastados de juego en general, rajados después de la suerte de varas, complicando la labor de los lidiadores, quienes se esforzaron por estar encima de las condiciones de sus oponentes.
Paco Ramos, silencio y silencio.
Francisco Torres Jerez, oreja y oreja.
Fabio Castañeda, oreja y oreja.
Foto: Martín Campos.
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