Una y otra vez. En cualquier plaza, cualquier tarde, pisa terrenos de máximo riesgo con el bueno, el malo y el pésimo. Exponer así es vivir, torear cada tarde en la frontera. En el filo de la moneda. Vivió Roca Rey dos volteretas de las que encogen el cuerpo. De aquellas que hasta al más ateo le hace creer en Dios y en todo el santoral completo. Sobre todo, la última. Un auténtico milagro. Brutal la fuerza para empotrarlo contras las tablas. Pero para alguien que torea en la frontera, no existe la línea de la Parca. Fue el toque de espuela, para generar las emociones. Del que parecía vencido, al vencedor. Del silencio de la tragedia al clamor del héroe. ¡Qué había hecho Roca Rey! Cuatro Caminos era un clamor. Y eso, sólo lo puede conseguir alguien que torea en la frontera día sí y día también. Torera faena de Pablo Aguado, al que el acero le impide pasear una oreja y disposición de Cayetano, que en un gesto de torero fue volteado al hacer el quite mientras Roca Rey se encontraba contra las tablas.
Plaza de toros de Santander (España). Martes 25 de julio de 2023. Cuarto festejo de la Feria de Santiago. Lleno.
Toros de Antonio Bañuelos, bien presentados, de buenas hechuras, con cuajo, pero desiguales en su juego.
Cayetano Rivera, silencio y silencio.
Andrés Roca Rey, oreja con fuerte petición de la segunda y dos orejas.
Pablo Aguado, ovación y división tras aviso.
Fuente: Mundotoro.
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