Debido al mal estado del piso de plaza y al complicado juego del ganado lidiado de Salagual, sólo el matador español David Gil fue el único que pudo pasear una solitaria oreja, durante el festejo mixto celebrado el día de ayer en la Plaza Portátil "Torokuna". Por su parte, el novillero peruano Alfonso Simpson tuvo que conformarse con palmas de reconocimiento.
Con buena entrada en los tendidos se lidiaron dos toros (1° y 3°) y dos novillos de Salagual (2° y 4°), bien presentados, pero mansos en general, que desarrollaron sentido y dieron complicaciones a los lidiadores.
El mal estado del piso de plaza hizó que toros y toreros no se confiaran plenamente, ya que impedia desplazarse con facilidad. Por la debilidad de la arena del piso las reses se iban de manos y llegarón a sacar burladeros de la descuida plaza portátil.
Con buena entrada en los tendidos se lidiaron dos toros (1° y 3°) y dos novillos de Salagual (2° y 4°), bien presentados, pero mansos en general, que desarrollaron sentido y dieron complicaciones a los lidiadores.
El mal estado del piso de plaza hizó que toros y toreros no se confiaran plenamente, ya que impedia desplazarse con facilidad. Por la debilidad de la arena del piso las reses se iban de manos y llegarón a sacar burladeros de la descuida plaza portátil.
Antes de deshacerse el paseíllo se guardó un minuto de silencio en memoria del recién fallecido novillero nacional Luis Sánchez "Sanchito".
David Gil estuvo valiente, ganoso y entregado en su lote, a pesar de las complicaciones que le plantearon sus oponentes. A tal punto que fue cogido, sin consecuencias que lamentar, en el primero, que desarrolló mucho sentido y se defendió con peligro. Mato de buena estocada, siendo aplaudido, tras aviso. En el segundo, manso, se acopló mejor, y lo toreo en su querencia. En este sacó a relucir su toreo de temple y conocido repertorio de desplantes y adornos. Mata de certera estocada, concediendoselé una legítima oreja.
Alfonso Simpson estuvo por encima de las dificultades del lote que le correspondió en suerte. En su primero tuvo que hacer el esfuerzo adicional de manterlo en pie, debido a sus escasas fuerzas, que se acrecentaron despues de estrellarse y sacar un burladero de raíz. A media altura y sin forzarlo consiguió muletazos estimables por ambos lados. Luego de estocada y descabello escuchó palmas, despues de un aviso. En el que cerró plaza estuvo empeñoso por alcanzar el triunfo, que no consiguió por la mala embestida del de Salagual, que se oriento rápido y pegaba arreones buscando las carnes del torero. No estuvo acertado con el acero ante su peligroso enemigo, que incluso lo prendió de mala manera, y se silencio su labor.
Fotos: Dikey Fernández
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