lunes, 5 de mayo de 2008

NEGLIGENCIA QUE PUDO COSTAR UNA VIDA EN ACHO

Un nueva negligencia funcional cometió la autoridad municipal del Rímac, el día de ayer, domingo 4 de mayo, y otro atropello más al Reglamento Taurino durante la celebración de la Novillada de Promoción Benéfica, en la Plaza de Toros de Acho. La repetitiva negligencia, esta vez, pudo costar una vida, al resultar cogido el espada de reserva Paul Valenzuela, y no haber enfermeria equipada, ni médico que le diera los primeros auxilios.
Negligencia por que la autoridad municipal, una vez más, no lo fue tal. El festejo empezó pasado cinco minutos del programado, con el inefable César Genaro Gallo Gelsi presidiendo el palco y el de siempre, "Pepe Lucho" Lama, de asesor. El Reglamento exige se de inicio a la hora anunciada. Ninguno de los dos cumplió con su labor previa de inspeccionar el servicio médico y su implementación. No hubo policías para resguardar el orden, entre otras perlas de prevención que irresponsablemente no tomaron estas "autoridades".
Como censurable, también, fue que no hubo alguacilillo para el paseíllo. No estuvo el médico veterinario en el palco, ni se le vió por ningún lado. No hubo portaloneros para abrir y cerrar las puertas del callejón. Níngún médico programado estuvo presente en la plaza, excepto el Dr. Jaime Del Castillo que fue como aficionado a la plaza y no estuvo en su ubicación. El programa no señalaba los precios de las entradas. El presidente abandonó el palco a la muerte del tercer novillo, lo que según el Reglamento Taurino en su artículo 77 significa que "El espectáculo se dará por terminado cuando el Presidente abandone el palco". Ojala hubiese sido así y para que no vuelva a presidir jamás.
En la parte taurina la novillada, que se dió para una noble causa del pueblo ayacuchano de Coracora, se desarrolló con un tercio de entrada en los tendidos. Se lidiaron cuatro novillos de Colorado, descastados. Los dos primeros se dejaron y pudieron ser mejor aprovechados. Los dos últimos desarrollaron sentido y dieron complicaciones. Todos se dolieron en banderillas y,excepto el cuarto, saltaron al callejón.
A media plaza y con las cuadrillas detenidas se guardó un minuto de silencio por los novilleros peruanos recientemente fallecidos Luis Sánchez "Sanchito" y Víctor Ochoa "Ochoita".
Los novilleros que actuarón en la novillada promocional, Fernando Villavicencio e Iván Vela, no tuvieron nada de promocional porque el mismo programa oficial señalaba sus dos actuaciones en Acho con anterioridad. La Sociedad de Beneficencia de Lima Metropolitana no debe prestarse al ahorro de estas organizaciones que dicen que esta novillada fue "promocional" y que por lo cobrado debería, al menos, tener la plaza limpia y presentada.
Tanto uno como el otro alternante estuvieron faltos de ideas frente a sus oponentes. Les faltó técnica y oficio para superar las dificultades que les planteo su lote.
Villavicencio tuvo algunos momentos lucidos en el primero, pero estuvo pésimo con la espada. Escucho dos avisos y el presidente le alargó el tercero. Pitos. En el otro, voluntarioso, no se entregó, escuchó dos avisos, y tuvo la poca verguenza de salir al tercio a pedir algunas palmitas.
Vela estuvó más centrado, y valiente en el primero, pero sin llegar a rematar faena. Dos avisos y silencio. En su segundo, complicado, lo intentó sin conseguir lucirse. Dos avisos, que la autoridad perdonó el tercero, y silencio.
La grave irresponsabilidad de esas "autoridades", que pudo costar una vida, sobrevino durante la lidia del tercero de la tarde, de nombre "Pedante", que cogió al sobresaliente de espadas Paul Valenzuela en el callejón y le pegó una cornada en el muslo derecho. Llevado a la enfermería totalmente vacía, no hubo ni siquiera guantes para explorar la herida, ni ambulancia para trasladar el herido. Sólo se hizo presente el Dr. Del Castillo, quien, ante la falta de todo, ordeno el traslado del herido al Hospital "Sergio Bernales" de Collique, que hubo que hacerse en el auto del doctor Félix López Sotelo, organizador del festejo.
Nuevamente no hubo bandera peruana, el palco presidencial, que es una localidad oficial, lució lleno de "turistas", se instalaron pancartas en los tendidos, se cobro por el uso de los baños, entre otras irregularidades y trasgreciones que necesitariamos más espacio para detallarlas y denunciarlas.
Un nuevo yerro, con premeditación y alevosía, del Alcalde del Rímac Víctor Leyton que se niega a tomar en cuenta las sugerencias y recomendaciones hechas por el Círculo de Periodistas Taurinos del Perú, desde el pasado 7 de marzo. Más bien nos hemos enterado que no admite falta alguna al desconocer las autorizaciones, y más bien culpa a sus funcionarios de estas irregularidades. Entonces ¿Leyton es o no la autoridad responsable?. ¿Respeta o no su Reglamento General de Espectáculos Taurinos del Rímac?. ¿Quién responde por la vida de los actuantes y espectadores con una enfermería inhabilitada, sin médicos, ni medicinas?. ¿Qué autoridades, llamese Policia Nacional, hubiesen puesto coto en caso de que se hubiese alterado el orden público?.
¿Qué dicen al respecto el "caballo de troya y los dos autoproclamados "periodistas independientes"?. ¿De qué?.

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