El alcalde de Lima hizo política con la necesidad de los indigentes, para dar gusto a los antitaurinos que quieren a "Acho sin toros" y dejar a la capital del Perú sin la Feria Taurina más importante, como han hecho en Bogotá y Quito.
La sensibilidad de los aficionados taurinos nos hizo creer que teníamos "ser solidarios" con el proyecto del alcalde.
Nunca se usó la capacidad total de las 150 camas que se instalaron, los indigentes entraban y a los pocos días se iban porque el ruedo de la Plaza de toros de Acho nunca fue el lugar más adecuado para que un ser humano pueda vivir allí; hoy en día con este frío y los vientos que corre en Acho, quien lo puede soportar, es inhumano tener a algunas pocas personas todavía en esas condiciones.
Todo fue una inversión inútil que bien se pudo aprovechar en un mejor lugar de los tantos que existen en Lima Metropolitana.
No hay comentarios:
Publicar un comentario