Por André Viard
Fue otra corrida, que en otras condiciones y con mejor uso de los aceros, hubiera tenido un resultado diferente, puesto que el serio encierro de Pedraza de Yeltes por su fondo encastado hubiera propiciado varios triunfos. El primero, el de Joaquín Galdós, el único en pasear una oreja. Un pinchazo previo a la estocada impidió un trofeo mayor. También el uso con el acero emborronó una faena vibrante de Jorge Isiegas. Pero hubo más, puesto que también destacaron la la veteranía sabia de Morenito y la elegancia de De Miranda. Vuelta al ruedo para Rafael Serna, mientras que El Rafi tuvo que hacer frente al garbanzo negro del encierro salmantino.
Joaquín Galdós aprovechó inteligentemente la buena condición del segundo Pedraza, bajo y cuajado, cuyas embestidas profundas le permitieron ligar tandas cortas, pero muy encajadas, sobre todo, por el pitón izquierdo. Una faena con impronta y templanza. Esta vez, la fuerza acompañó al buen toro y, después de un pinchazo, la estocada certera hizo caer la oreja. Palmas en el arrastre.
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