“Los políticos y las administraciones no estamos para transformar a la sociedad. Tengo la suerte de presidir la región con la primera plaza del mundo y aunque no me gustaran los toros tengo la obligación de proteger y fomentar esta tradición y este patrimonio cultural por los que se fueron y por los que están por venir”.
Y añadió: “Esto sobre todo es libertad y esto es no hablar por nadie, sino dejar que sea el pueblo de Madrid y todos los ciudadanos que han venido de España y de todos los rincones del mundo, aquí tenemos mexicanos, japoneses… que quieren disfrutar de este espectáculo en la primera plaza del mundo”.
Preguntada sobre si San Isidro no se entendería sin toros, declaró con rotundidad: “Solo hay que ver la pasión que mueve la cantidad de gente joven que se asoma a todos los espectáculos taurinos que mueven a esta Fiesta por toda la Comunidad de Madrid. Todo el mundo sabe que unas fiestas patronales sin encierros o toros se quedan cortas. La unión natural entre hombre y toro es mágica y tenemos que permitir que la Fiesta se celebre con normalidad para ver que la gente se suma”.
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