Ciudad Bajo Tierra. La Mina de Santa Bárbara en Huancavelica es consideraba como una ciudad subterránea por el número de calles, plazas y labores que tenía en su interior.
Según fuentes bibliográficas y planos en una de las calles, llamada Jáuregui, se realizaban corridas de toros y en cinco capillas con sus respectivos altares se celebraban la misa para los empleados y operarios.
También es famoso el socavón “Belén” que fue comenzado en 1601 y terminado 40 años después con una extensión de 508 metros. En la entrada es posible apreciar el escudo del Rey Carlos III y la figura de San Cristóbal en alto relieve.
La mina Santa Bárbara, la principal en explotación era digna de admiración, porque se consideraba una de las maravillas del mundo. Labrada sobre una veta que por la parte más angosta era de 40 varas de ancho, fue trabajada de norte a sur con tres socavones denominados “Chacaltana”, “San Francisco” y “Santa Bárbara”. En este último de 600 varas de largo, pues se caminaba a caballo.
Santa Bárbara, por todo lo que ha sido y significa, es el eje principal sobre la que gira la historia de un pueblo minero por excelencia, como es Huancavelica.
El pueblo santo barbarino orgulloso de su reliquia está a la espera de que sea declarada Patrimonio Mundial de la Humanidad y su puesta en valor para el aprovechamiento turístico.
Huancaveliva.web
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