El matador de toros de Almería (España), Francisco Torres Jerez, ha dado una rueda de prensa para así informar sobre su cogida en Cajabamba (Cajamarca - Perú), y de paso agradecer el interés mostrado a medios de comunicación y aficionados.
Antes de comenzar a hablar sobre lo vivido, recordó a José María Manzanares.
Duras fueron las palabras del torero, que aseguró que "no había enfermería en la plaza, por lo que me llevaron a una ambulancia en la que no había nada. Después, me trasladaron a una casa en una especie de camilla y me tumbaron sobre una especie de mesa. Tras tenerme entre 25-30 minutos esperando con un dolor insoportable, me dijeron que ahora me estabilizarían". Pasado este tiempo, y antes de perder el conocimiento, Torres Jerez escuchó "maestro, vamos a comprar los medicamentos".
"Al despertar, los banderilleros estaban asustados porque no reaccionaba. No sé si me pusieron anestesia de más o que, pero yo viví una cosa muy rara. Recuerdo que desperté con ganas de orinar y cuando mi apoderado me quitó la sábana estaba llena de sangre y tenía un hematoma muy grande", detallaba el torero.
Al fin pidieron una ambulancia, pero le dijeron que no había hasta el día siguiente. Inmediatamente, se pusieron en contacto con el alcalde, que pudo conseguir una. "Tardamos como 6 a 7 horas en recorrer un trayecto de 120 kilómetros". Al llegar al destino, lo intervinieron. "Para mí, lo más duro, sin duda fueron las palabras del doctor que me operó ya en Trujillo. Me dijo que me había quedado a escasos milímetros de que me tocase la femoral y de que me hubiesen mandado en cajón para España".
El diestro concluyó diciendo: "Esto no me va a quitar de los toros. Al revés, esto me hace tener más ganas que nunca de ser torero".
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