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CARLOS ESCOLAR "FRASCUELO": ETERNA TORERÍA
Entrevista
de Pla Ventura / Opinión y Toros
Carlos Escolar
Frascuelo logró, entre otras muchas cosas, detener el tiempo; sí, porque
tras una larga trayectoria taurina, los años no han pasado por él; es
decir, su torería sigue tan vigente como el primer día. Gloria bendita
para el maestro de Madrid que, como digo, pasan los años y él sigue
impertérrito ante su profesión; es más, yo diría que a medida que pasa
el tiempo su toreo se inmortaliza mucho más como las últimas pruebas que
tenemos nos demuestran.
Frascuelo es el veterano del escalafón,
el último reducto de aquellos maestros de antaño, pero que le
disfrutamos en la actualidad; todo un ejemplo a seguir, pese a que el
taurinismo, en líneas generales, se empeñe en decirnos lo contrario. Ya
no quedan toreros de su estirpe; valores de antaño, regalo para la
actualidad en que vivimos. Como siempre dije, ver al maestro Frascuelo
es una bocanada de aire fresco para cualquier alma sensible que entienda
y ame esta bendita profesión en la que Carlos Escolar ha circunscrito
su vida.
Como dirían los revisteros de antaño, el toreo de
Frascuelo hace correr más tinta que nadie en el mundo; pero tinta con la
que se escriben las más bellas palabras que definen su grandeza como
artista, su última actuación en Arles ha sido el claro testimonio de lo
que digo. Media docena de muletazos del maestro saben al más dulce
manjar.
-Si de arte hablamos, maestro, en ese aspecto yo diría que usted es el torero más rico del escalafón. ¿Verdad?
Sin
duda es la riqueza del alma, la que me fortalece por completo puesto
que, saberme torero, valorado y reconocido por los aficionados es lo que
me ha mantenido vivo en mi profesión.
-Más que un torero
-y eso ya es mucho- yo diría que usted es toda una institución para el
mundo de los toros; digamos que, el referente de lo bello dentro de una
plaza de toros; la naturalidad más hermosa. Por cierto, a este respecto,
me han contado que, algunos chavales que han actuado junto a usted,
tras verle quedan perplejos. ¿Qué tiene usted que no tengan ellos?
¡Años!
-Ríe el maestro- Bromas al margen, yo diría que lo que les deja
perplejos es mi naturalidad, el fundamento de mi toreo; en mi caso, no
hay prisas, no hay afanes, pero sí un concepto muy clásico, muy a la
antigua; como dijo un compañero tuyo, un toreo quijotesco que lo llevo a
cabo con todo orgullo para que sirva como referente a las nuevas
generaciones de toreros.
-Físicamente,
¿cómo se siente? Y se lo pregunto porque no ha faltado el mal
intencionado, de las empresas me refiero, que ha dicho que no le quieren
contratar por ser usted “viejo”.
Me siento muy bien y
además muy feliz de ver que jamás toro alguno me pidió el carnet de
identidad. Es decir, puedo cumplir años como todo el mundo, pero no soy
necio. No me jugaría la vida jamás si no me encontrara bien físicamente.
Me cuido como el primer día, mi vida se basa en el toreo, en los
entrenamientos, en la preparación física, por tanto, mi cuerpo me
responde a la perfección. ¿Qué más puedo pedir?
Extracto de la entrevista que se puede leer completa en: http://www.opinionytoros.com/manoamano.php?Id=452
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