"CRIOLLADA" REINO EN FESTEJO MIXTO EN LA "TOROKUNA"

 

La informalidad, la desorganización, el desorden y la "criollada" reino el día de ayer durante la realización de la novillada mixta en homenaje al Señor de la Ascención, patrón de Puquio (Ayacucho), celebrada en la plaza de toros portátil "Torokuna".

En el cartel se anunciaba la presentación de los novilleros peruanos Renato Mota, Gustavo Rivera y el rejoneador venezolano Francisco Javier Rodíguez, quienes lidiarían cuatro novillos de Virgen del Carmen y un toro colombiano de Barro Blanco. Pasada la hora anunciada hicieron el paseíllo el de a caballo y los de a pie acompañados de los sobresalientes de espadas: Rafael Saravia y Orlando regalado, pues las cuadrillas de picadores y banderilleros pugnaban por cobrar sus honorarios. Al final, tras el ingreso de las cuadrillas, solo se lodiaron y estoquearon dos becerros del Carmen, pues no hubo más.

Tras la muerte del segundo astado apareció, primero a pie y después a caballo, el caballista y tomando el micro denunció publicamente que la organización no había cancelado el toro programado, ni sus honorarios. Inmediatamente se dió por finalizado el bochornoso espectáculo, seguramente por no haber pagado la lidia de los otros dos novillos comprometidos, entre el juisticado malestar y airados reclamos de los asistentes a la portátil.

Con menos de un cuarto de plaza se lidiaron dos becerros de Virgen del Carmen, de bien juego, siendo aplaudidos en el arrastre.

Los dos jovenes novilleros mostraron su actitud y disposición para  progresar en este difícil arte del toreo. Aún, estan faltos de oficio y conocimientos, pero muy deseosos de triunfar. El tiempo y el rodaje les hará madurar. Ambos deben mejorar, sobre todo en la suerte suprema.

Motta que estuvo variado, valiente y entonado, perdió apéndice por eternizarse con la espada y escuchó los tres avisos. Rivera lució la clase y temple que tiene para ejecutar el toreo. Y Aunque mató de estocada trasera y perpendicular el presidente le concedió una oreja.