El día de ayer se celebró la primera corrida de la feria taurina en homenaje al Señor de la Ascensión en la plaza de toros "Antonio Navarro" de la ciudad de Puquio (Ayacucho), en la que tomaron parte el rejoneador venezolano Francisco Javier Rodríguez, el matador mexicano Uriel Moreno "El Zapata" y el español César Jiménez.
Con plaza llena se lidiaron dos astados de Salamanca (1° 3°, 4° y 5°) y cuatro de San Pedro (2° y 6°), disparejos de presentación y juego, descastados por lo que dieron dificultades a los lidiadores, pero nobles en general, excepto el sexto que tuvo peligro.
Uriel Moreno "El Zapata", petición de oreja y vuelta al ruedo.
César Jiménez, palmas y silencio.
Francisco Javier Rodríguez no tuvo tela que cortar. Su lote embestía a los vuelos de los capotes, pero no al caballero de a caballo imposibilitando su lucimiento. En el primero, que tardo en matar, escuchó dos avisos de la presidencia y el segundo, se descoordinó después del rejón de castigo y se desplomó en la arena no hubo para más. Fue silenciado en ambos.
Uriel Moreno "EL Zapata" en su primero que se paró después del primer puyazo, después de banderillearlo, apeló al toreo bullidor y de conexión en los tendidos, sin torear por naturales, abusando de los rodillazos y desplantes pero del agrado de la concurrencia. Mato de certera estocada y la presidencia le negó la oreja unánimemente pedida por el público y hasta por el propio matador, por lo que el juez de plaza se ganó una sonora bronca a los gritos de ¡Otro juez!. En el otro, que manseo, tras banderillearlo son mayor lucimiento, el torero azteca estuvo aseado y correcto a las posibilidades de su oponente. Mata de estocada contraria y desprendida y sin que apenas algunos concurrentes la solicitaran el juez de plaza le otorga una inmerecida oreja, que el matador con vergüenza torera no recibió, dando una aclamada vuelta al ruedo, ganándose la presidencia de plaza otra fuerte pitada a los gritos de ¡Otro juez!.
César Jiménez actuó con torería toda la tarde, a pesar que pechó con el peor lote de la tarde. En ambos lo intento con mucha voluntad y ganas de agradar. En el primero que manseo de salida estuvo queriendo mucho pasándoselo por ambos pitones con demostrado oficio. En el de cierre que tuvo alegre salida pero que desde el remate capotero se venció por el lado derecho y nunca humilló, el diestro español tras coger la muleta no se amilanó ante su peligroso oponente y que le buscaba las piernas para cogerle. Con este anduvo muy profesional y digno. A ambos los mato con prontitud, escuchando palmas en uno y silencio en el otro.
Incidencias: La Comisión Taurina no previó el ingreso de la prensa por lo que se creó un desorden para su entrada. El cartel de espadas fue totalmente extranjero y hasta el sobresaliente de espadas y rejones fue un venezolano, el novillero Carlos Sulbarán. Tras banderillear al sexto peligroso de la tarde el banderillero Dennis Castillo recibió un fuerte varetazo. El alguacilillo, además cumplió la función de jefe de arrastre, porque salía tras la muerte de cada res para ordenar el enganches de las reses estoqueadas.
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