Pedro J. Cáceres / La Divisa
¡Torero, Torero! vs ¡Perú, Perú!
Perú taurino vive días de euforia. Y todo apunta a que será por mucho tiempo. ¡Albircias!. Se ha iniciado una nueva era que marca el 250 aniversario de Acho.
Desde el punto de vista empresarial "Casa Toreros" (Corporación Perú) ha echado una gran feria. Variada y a gusto de todos los públicos que tuvo como broche final 3 espectáculos de los que hacen afición: el inicio y el cierre. En estas 3 corridas (de 5) anduvieron peleando los candidatos a Escapulario de Oro: Juli, Talavante, Ponce, Manzanares y Roca Rey.
Al final, el jurado optó por quien está ilusionando al paisanaje peruana, pero también de todo el mundo; luego el resultado no se puede calificar de “chovinista" puesto que el éxito del torero nacional se ha ido cosechando en todos los cosos europeos o americanos por donde, a sangre y fuego, ha pasado.
Roca Rey es pilar fundamental en ese nuevo tiempo que marca a Perú, taurinamente hablando, incluso socialmente (como ocurriera con Rincón en Colombia). Y también marca ese nuevo tiempo a nivel de la tauromaquia mundial. En Lima ha sido la base de la feria con 2 paseíllos y en ambos ha salido en hombros, ayer con 4 orejas. Lo mismo que en España, Francia, México y Ecuador.
El margen estrecho por lo que se ha hecho acreedor por segundo año consecutivo (8 votos frente a 7 de Manzanares) da idea de lo que pudo ser la jornada del domingo en Acho. Una diferencia mínima que es máxima si tenemos en cuenta con quien rivalizaba el peruano.
Figuras consolidadas en las que el "emergente" ha sido gallo defendiendo su territorio. Y "el territorio" le ha defendido a él.
Se colige de las crónicas que en las dos tardes limeñas no ha ahorrado volteretas y que ha sido un derroche de valor, entrega, ambición, firmeza…actitud, en suma. Y aptitud para superar las otras armas, más artísticas, más sofisticadas, más de torería clásica de las figuras.
Lo de Manzanares, cuentan, fue -corregido y aumentado- la exhibición de toreo de cante grande que ha protagonizado este año en Madrid y varios cosos más, muchos; aunque es la gran figura que en estos momentos menos se canta ¿porqué?. Para Josemari tiene que ser un orgullo ser el heredero del Maestro que consiguió 4 Escapularios, que idolatró Lima y que encuentra en él un sucesor como línea de idilio continuo.
Pero por encima de todo me queda con la sensibilidad del público y afición peruanos que supo calibrar y conjugar, complementar, con sus gritos, la torería, el arte, la elegancia… pero también el orgullo de un país reflejado en un torero.
A Manzanares le gritaron con emoción producida por su arte ¡torero, torero!. A Roca Rey, con voz rota y lágrimas en los ojos ¡Perú, Perú!.
Escruten ustedes mismos y hagan los análisis pertinentes, pero a uno y otro ¡que les quiten lo “bailao"!
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