lunes, 30 de octubre de 2017

OVACIONADOS ÁNGEL SÁNCHEZ Y CARLOS CABELLO EN NOVILLADA DE FERIA


Sólo una ovación saludaron el novillero español Ángel Sánchez y el peruano Carlos Cabello. Mientras que el mexicano Román Martínez fue silenciado. Los tres novilleros mostraron actitud y ganas, en tarde accidentada y cogidas, pues dos de ellos pasaron a la enfermería, ante una complicada novillada de La Centinela que imposibilito el lucimiento de la terna en festejo que abría la Feria del Señor de los Milagros 2017.

Domingo, 29 de octubre de 2017, Plaza de Acho, novillada fuera de abono de la Feria del Señor de los Milagros. Con un tercio de entrada en los tendidos se lidiaron novillos de La Centinela, desiguales de presentación, complicados, peligrosos, complicados y refugiados en tablas en general.

Ángel Sánchez, ovación, palmas y silencio en el que mató por Román Martínez.
Román Martínez, silencio, tras un aviso en el único que mató.
Carlos Cabello, palmas y ovación.

Ángel Sánchez, fue el mejor librado de la terna. Mostró su oficio, técnica y buen hacer ante su lote, y en el que mató por su compañero Román Martínez. Siempre por encima de las condiciones de sus oponentes, haciéndolo todo él, insistiendo mucho con aguante y valor, ya que los que le toco en suerte poco o nada hicieron por colaborar con el diestro que dibujo muletazos de buen trazo con gusto, temple, mando y recortes toreros. La espada fue su punto débil, la que le impidió quizás servido para alcanzar premio en algunos de los que lidio.

Román Martínez mostró variedad con el capote, voluntad en banderillas, pero ya con la muleta su revolución fue menor, insuficiente para valorar su empeño y esfuerzo. Fue volteado en banderillas en el primero de su lote y cogido aparatosamente en el quite que realizó al segundo, pasando a la enfermería para ser diagnosticado de múltiples contusiones con pérdida momentánea de conocimiento, derivado a una clínica limeña para mayor estudio, lo que le impidió salir a estoquear al segundo de su lote. 

Carlos Cabello fue el menos rodado de los alternantes. Sólo pudo mostrar disposición, voluntad y buenas maneras ante su lote, pero en ninguno de ellos pudo imponerse, estando por momentos a merced de sus novillos. El mando fue la virtud que le falto a su toreo que tuvo destellos de buen gusto y clase. Fue trompicado en su primero en dos ocasiones, pasando a la enfermería donde fue diagnosticado con un esguince en la rodilla izquierda. Aun así, salió del servicio médico y lidio el sexto de la tarde con decisión y valor.

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