Ni guerra exterior ni calamidad pública, pero el alcalde Lima, incapaz de resolver los problemas de la ciudad, ha violado la Ley de Patrimonio Cultural de la Nación so pretexto de brindar ayuda humanitaria a los indigentes de Lima.
Juan Medrano Chavarria / Revista Fiesta Brava
La ayuda a nuestros semejantes es acto de grandeza y magnánimo cuando honesto, altruista y con dinero de nuestro propio peculio. Lo condenable es que en este caso -obviamente- se utiliza para obtener réditos personales y levantar una alicaída popularidad venida a menos tras un año de infructuosa gestión al frente del Municipio de Lima Metropolitana.
Los marginales siempre han estado allí pero Jorge Muñoz Wells recién se acordó de ellos. Y así como el año pasado se aupó a la campaña del alcalde de La Victoria para reordenar el emporio de Gamarra, hoy se aprovecha de la pandemia del COVID-19 para "obsequiar" bolsas de comida a los pobres de Cantagallo, en acto bajo, mísero y propio de los que compran popularidad ante las cámaras de televisión.
Probablemente su calculada generosidad lo llevó a concebir junto a los regidores de Acho sin toros, otro acto "noble y solidario" para con los indigentes, instalándolos ilegalmente en el albero del coso de Acho, monumento intangible declarado por la UNESCO como Patrimonio Cultural de la Humanidad.
Casa Toreros, empresa arrendataria de la plaza, emitió un comunicado donde afirma que la entrega temporal del coso se realizó tras reuniones de coordinación con la Beneficencia Pública y la Municipalidad de Lima, por un plazo de sesenta días a partir del 28 de marzo del año en curso.
La postura de la empresa no fue bien recibida por estamentos como la Asociación Cultural Taurina del Perú – ACTP, y Asociación de Abonados de la Feria Taurina del Señor de los Milagros de la Plaza de Acho, Sindicato de Toreros del Perú – SITOPE, entre otras instituciones y aficionados.
La ACTP que preside el señor Jorge Pérez Chávez ha entablado denuncia contra el alcalde de Lima por infringir los artículos 28, 78 y 84 del Reglamento de la Ley Nº 28296, Ley General del Patrimonio Cultural de la Nación aprobado por el Decreto Supremo Nº 011-2006-ED.
En la lucha contra el COVID-19 estamos todos. Pero asquea esta forma ventajosa de mostrarse generoso. Fariseísmo e hipocresía pura. Esperamos que transcurrido el plazo y superada la emergencia sanitaria, Acho vuelva a lucir su asolerada prestancia y el señor alcalde continúe preocupándose por los indigentes, proveyéndoles de instalaciones y servicios apropiados acordes con la dignidad humana.
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