Se perfilaba Emilio de Justo para atacar con la espada al primero, tras una faena enorme en todo. Era el regreso de verdad: llegar justo al lugar en donde hace unos meses casi pierde la vida. Por derecho atacó, domando al corazón, templando memoria agria, y le pegó un estoconazo al toro que lo dejó rodado para las mulillas. No pudo renacer mejor este torero, enorme en ese toro, gigante en toda una tarde plena de emociones, fecha para acallar dudas. Al lado, un hombre de una insultante torería que toreó despacio cuando tocaba y cuando no se pudo porque enlotó los de peor condición, se jugó el pellejo en cada instante. Que tarde la de Roca Rey. Para poner en un marco. Que fea voltereta y cogida y que hombría al ponerse de nuevo delante. Se brindaron los dos toreros, se dieron la mano, se abrazaron y, al tiempo, compitieron con nobleza para no dejar prisioneros con una corrida de Cuvillo, con dos toros de nota en el lote de De Justo y sin fortuna para Roca Rey. Tarde grande para el toreo. Los toreros: hombres de otro mundo.
Plaza de toros de Almería (España). Domingo 21 de agosto del 2022. Segunda de la Feria de la Virgen del Mar. Corrida mano a mano. Tres cuartos de entrada.
Toros de Núñez del Cuvillo, muy buena corrida, dispar de hechuras. De escasa bravura los de Roca, dos de nota (primero y quinto).
Emilio de Justo, que reaparecía casi cinco meses después de la gravísima cogida de Las Ventas, Dos orejas, ovación, oreja.
Andrés Roca Rey, Dos orejas, oreja, ovación.
Fuente: Mundotoro.
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