Por Nelson Hernández Ramírez
Presidente Fundador de la Fundación Cultural Girón de Venezuela
Presidente Fundador de la Fundación Cultural Girón de Venezuela
La Fundación Cultural Girón ha formalizado su presencia en la hermana República del Perú, tan cercana a los venezolanos en los afectos imperecederos derivados de la historia y más allá por una identidad común andina. Hoy esa nación, a través de un calificado grupo de dirigentes, oriundos de varios departamentos, se une a los activistas venezolanos para asumir de manera conjunta la defensa y promoción de la fiesta brava.
Nuestra visita a Lima estuvo caracterizada por la fraternidad y el mayor aprecio, en clara reiteración de que nos entendemos y a la vez comprendemos el momento que vive la tauromaquia internacional, sometida a muchas presiones de empresas y organismos de naciones no precisamente taurinas y que ven en la libertad y cultura un obstáculo para sus ambiciones mercantiles y capitalistas.
Perú nos abre las puertas en medio de un crecimiento de su tauromaquia y de una lección permanente de responsabilidad compartida entre sus alcaldes, promotores de fiestas y pueblos, lo que ha dado como resultado
una identidad taurina que está por encima de los niveles de España y México.
Y es que en el Perú los porcentajes de asistencia a las fiestas taurinas son superiores en más del doble de cualquier otra nación, fruto del cumplimiento de esa responsabilidad y del hecho de que las festividades son verdaderamente populares y no elitescas, como ocurrió en Venezuela con las ferias de primera categoría, en años recientes.
Doscientas cinco plazas fijas, de menor a mayor dimensión, y en algunos casos con cerros aledaños que sirven de graderíos o palcos, con seiscientos festejos por año, las cantidades de público pueden superar los ocho millones de asistentes, lo cual es una cantidad, una minoría, muy grande, especialmente porque no en todos los departamentos hay expresiones taurinas.
Es grato saber que Perú crece taurinamente, con el aumento del número de plazas fijas y con nuevas inversione en ganaderías, lo cual permite abastecer un mercado dinámico en el cual es determinante la presencia de nacionales como empresarios y ganaderos, pero que ofrece un enorme abanico de posibilidades a toreros de todas las nacionalidades.
Por eso celebramos la presencia de diecisiete artistas taurinos venezolanos, doctores y novilleros, que han podido entrar en los carteles para disputar amistosamente con peruanos, colombianos, mexicanos, portugueses y españoles, los aplausos del público, además de superar, en el caso de los nuestros, la escasez de festejos y la desaparición de las ferias de mediana categoría. Orellana, Valenzuela, Torres Maravilla, Castañeda, Hassan Rodríguez y César Vanegas, entre otros, siguen los senderos dejados por Rafael Plaza, Lucio Requena y Curro Zambrano, aquellos venezolanos que son pioneros en esta relación binacional.
Perú abrió las puertas al gironismo en reiteración del orgullo que representó en los años cincuenta y sesenta el éxito de César y Curro Girón, dando paso a una actividad permanente dentro de la cual se ha logrado sumar a un gran dirigente social y político, el Dr. Ántero Flores-Aráoz, figura cimera y hombre que demostró en altos cargos su inteligencia y probidad, sin que en momento alguno negara su condición de aficionado taurino. Hoy, en pos de la presidencia de la República, su intensa actividad no le impidió aceptar ser el Presidente de Honor de la Seccional peruana de Fundagirón, al lado del compromiso de orientarnos en diferentes materias como el Proyecto Unesco y la creación de la Cátedra Libre Universitaria de Arte y Tauromaquia.
Entrar en la limeña y rancia Plaza de Acho ha sido otro de los motivos de orgullo. LLegar al escenario triunfal de César y Curro es un motivo de íntima satisfacción. Allí vimos la miurada del domingo ocho y departimos con decena de buenos aficionados, teniendo la gran alegría de ver que el tachirense Pedro Pérez Colmenares (Manili en Perú y en Venezuela Carnicerito de Táriba) es uno de los asesores de la autoridad taurina limeña.
Perú nos ofrece un panorama alentador. Ojalá que los venezolanos sepamos asimilar las lecciones y con ellas poder replantear nuestros esquemas en la búsqueda del sostenimiento de una tradición que podría escaparse de nuestras manos, por descuido de muchos, por desapego de otros e inactividad o pasividad de personas llamadas a ejercer un compromiso.
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