Tarde sin triunfo que reseñar fue la tercera corrida de la Feria del Señor de los Milagros por la poca colaboración del encierro de Santa Rosa de Lima y el fallo a espadas de los diestros alternantes. La falta de material propicio para el lucimiento y de refrendo con la espada, hicieron que la voluntad de la terna de matadores españoles Manuel Escribano, Paco Ureña y José Garrido, que confirmaba alternativa en Acho, fuera el factor principal del festejo que tuvo pasajes interesantes y de buen toreo.
Domingo, 19 de noviembre de 2017, Plaza de Acho, tercera corrida de abono de la Feria del Señor de los Milagros. Con media entrada en los tendidos se lidiaron toros de Santa Rosa de Lima, que tomó antigüedad en Acho, bien presentados, agradables de cabeza, faltos de trasmisión y desiguales de juego en general, destacando por su nobleza el que cerró plaza siendo aplaudido en el arrastre, y pitados los salidos en segundo, tercer y quinto lugar.
Manuel Escribano recibió a su primero con largas cambiadas de rodillas, continuando por verónicas y chicuelinas, para enseguida banderillear con eficacia, destacando el tercer par que cambio espectacularmente al toro por la espalda y clavo al violín. Inició su faena de muleta con pases cambiados por la espalda en el centro del ruedo que concitaron la atención de los tendidos. Su empeño y voluntad por agradar se estrelló por la sosería y poca duración de su oponente, por lo que la voluntariosa faena no llego a cuotas mayores y al término de su actuación fue silenciado. Al segundo de su lote lo saludo a portagayola y continuó con un variado repertorio capotero para nuevamente encender a la concurrencia con las banderillas. Ya con la muleta toreo lento y templado al toro que embestía con humillación y clase, demostrando actitud y ganas para triunfar pero el toro se terminó de apagar pronto. Después de ejecutar algunas tandas de conexión, cerro su faena por ajustadas bernadinas mirando al tendido. Falla con el acero y tras el final saludó una ovación.
A Paco Ureña le tocó lidiar con el lote menos propicio para tocar pelo. Toreo lucido y relajado en el saludo a la verónica a su primer toro haciéndose ovacionar. Con la muleta lucio encajado y con cadencia iniciando su labor con ajustados estatuarios ante un toro que tenia poco recorrido por ambos pitones y se vencía por el lado derecho para coger al torero. Pese a ello puso todo de su parte para buscar que agradar, pero su oponente ante las complicaciones manifiestas no le dio opciones para el lucimiento. Después de matar de una estocada entera desprendida de rápido efecto agradeció una ovación. Tampoco tuvo suerte con el quinto de lidia ordinaria, soso, deslucido, sin trasmisión y que se desentendía de las suertes expuso en busca del lucimiento, dejando algunos momentos sueltos de valía y otros sin realizar la lidia que el astado le pedía. No acierta al primer intento con la espada y su labor fue silenciada.
José Garrido abrió plaza para confirmar su alternativa y dejó claras sus intenciones para triunfar desde el recibo a portagayola y las enjundiosas verónicas con las que saludó al toro de la ceremonia. Inició de rodillas su trasteo de muleta y buscó acoplarse, pero el toro tardeaba y no trasmitía, por lo que el diestro tuvo que torear en cercanías y exponer consiguiendo muletazos de buen gusto, rematando con ajustadas lasernistas y una entera efectiva que le hizo saludar una ovación. Con su segundo la faena caló pronto entre la afición con delantales y chicuelinas, para continuar en una faena cargada de torería y detalles, con muletazos por el pitón derecho profundos y templados que fueron valorados en los tendidos. La faena que era de premio no la pudo pudo refrendar con el acero en los intentos de matar recibiendo en el centro del ruedo, dejando su actuación en un merecido saludo desde el tercio.
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