RESPETO A LAS TRADICIONES, PUESTO QUE SOMOS MINORÍA, COMO TAL SE NOS DEBE RESPETAR

Alfredo Delgado

Nuestra defensa -o parte de ella- debe estar basado en el respeto a las tradiciones, puesto que somos minoría, como tal se nos debe respetar. 

Existen pruebas como el consumo del tabaco que probadamente atenta contra la salud del hombre, hasta producir cáncer o ceguera y no ha sido materia de prohibición, y al fumador se le respeta e incluso se le da lugar para hacerlo, porque es una costumbre o hábito que el tiene y porque como humano que es lo respetamos, aunque a muchos de nosotros nos disgusta, nos molesta e incomoda. El alcoholismo que es cuna de muchas de nuestras desgracias en donde se pierde vidas, ya sea directamente o por ser causante de accidentes de tránsito que enlutan hogares y no ha sido prohibidos, cuando esto debiera ser motivo de preocupación en un país donde el alcoholismo alcanza niveles tan altos. A los animalistas mismos, los respetamos cuando nos mete por las narices a sus mascotas sin que necesariamente nos guste, pero tenemos y guardamos el respeto a sus usos y costumbres, porque de eso se trata, de la tolerancia mutua. Conste que la tauromaquia no lo llevamos a su casa, barrio o distrito para que se escandalicen con el llamado maltrato animal, nosotros hacemos nuestro espectáculo, lejos del alcance de ellos y por el contrario, ellos nos agreden, se lanzan al ruedo cuando el toro ha muerto o está por morir. 

Entonces nuestra defensa debe estar enmarcado dentro de ello, y que pena que no haya habido una persona registrada en en Arequipa que pueda decir esto y mucho más, como lo hizo el representante de los galleros, que prueba en mano defendió la actividad gallística en el Perú. Seguro que responderemos las preguntas de los magistrados del TC, pero hace falta resaltar nuestro derecho, como tienen los fumadores, los que consumen alcohol, los que van a la playa con mascota incluida, los que ponen en peligro la vida de las personas alquilando locales que se desploman y enlutan a una región y al país. Los taurinos no hacemos daño a nadie, porque nos reunimos entre pares y utilizamos ganado que para lo único que sirve es para embestir, y que solo va (en el 99.9% de los casos) a una sola corrida de 20 minutos de duración, y que producto de ella lo mejor que se debe hacer es darle muerte, porque si lo dejo a ese animal durante la noche para apuntillarlo al día siguiente, estoy condenando al proceso doloroso y de penuria y so lo saben los portugueses. Se habló que debiera ir tal o cual  jurista, debió o debieron haber ido, y no lo hicieron y eso es falta de coherencia de nuestra parte.