Los días 6, 7 y 8 de agosto se realizaron las tres tardes taurinas para celebrar las Fiestas en homenaje a la Santísima Virgen de las Nieves "Mamacha de las Nieves", en la plaza de toros de Coracora (Ayacucho) que lleva el mismo nombre de la patrona de ciudad.
En ellas alternaron los matadores españoles Vicente Bejarano, David Gil y el peruano Paco Céspedes.
En la primera tarde acompañados del novillero Fernando Villavicencio, que fue silenciado en las tres reses que estoqueo, resultando cogido y sufriendo rotura de radio del brazo izquierdo. Y en la segunda del novillero local Abimael Quispe, sin los mínimos recursos para el toreo y que escuchó los tres avisos en el único astado que lidió.
Los tres festejos con lleno en los tendidos, una parte de concreto y la otra de palos, con asistentes que colmaron hasta los cerros aledaños.
Se lidiaron y mataron 43 astados de las ganaderías locales de casta, media casta y de la región, que en general fueron mansos, descastados, difíciles y complicados para el lucimiento.
De las de casta sobresalieron el toro "Retorno del Rey del Monte" de la ganadería Azursa, bien presentado y de buen juego, y el toro "El Forastero" de la ganadería Jaral de Colorado, bien presentado y noble. De las de la región destacó el toro "Tunasccayta" de la ganadería Flor de Cchhuincha. Hubo que devolverse al corral a un burel por toreado, otro después de tres avisos y doce por extrema mansedumbre.
Azursa se llevó el trofeo al mejor toro, seguido de Jaral de Colorado que obtuvó el premio al segundo lugar.
Paco Céspedes fue el indiscutible triunfador de la feria. En las tres tardes y en todas sus faenas anduvo ganoso y entregado, con la ilusión propia de quienes aspiran a seguir escalando posiciones. No se alivió en ningún astado que le toco en suerte. Con valor sereno a todos quiso sacarle partido. Estuvo seguro con el capote, firme con la muleta y contundente con la espada. Cortó tres orejas, una por tarde, y se llevó el Escapulario de Oro de la Virgen de las Nieves.
Vicente Bejarano, no tuvo suerte en su lote. En general hizó faenas de aliño. Y en los que algo se dejaron tuvo detalles intermitentes de toreo bueno. Se fue de vacío.
David Gil, muy profesional y batallador en los buenos y en los otros. Lució su técnica en faenas de cercanías y desplantes, no excentas de temple y mando. En general certero con la espada cortando dos orejas.
En el plano subalterno actuaron seis banderilleros y dos picadores, resultando Richard Huarcaya merecedor del premio al mejor banderillero.
En ellas alternaron los matadores españoles Vicente Bejarano, David Gil y el peruano Paco Céspedes.
En la primera tarde acompañados del novillero Fernando Villavicencio, que fue silenciado en las tres reses que estoqueo, resultando cogido y sufriendo rotura de radio del brazo izquierdo. Y en la segunda del novillero local Abimael Quispe, sin los mínimos recursos para el toreo y que escuchó los tres avisos en el único astado que lidió.
Los tres festejos con lleno en los tendidos, una parte de concreto y la otra de palos, con asistentes que colmaron hasta los cerros aledaños.
Se lidiaron y mataron 43 astados de las ganaderías locales de casta, media casta y de la región, que en general fueron mansos, descastados, difíciles y complicados para el lucimiento.
De las de casta sobresalieron el toro "Retorno del Rey del Monte" de la ganadería Azursa, bien presentado y de buen juego, y el toro "El Forastero" de la ganadería Jaral de Colorado, bien presentado y noble. De las de la región destacó el toro "Tunasccayta" de la ganadería Flor de Cchhuincha. Hubo que devolverse al corral a un burel por toreado, otro después de tres avisos y doce por extrema mansedumbre.
Azursa se llevó el trofeo al mejor toro, seguido de Jaral de Colorado que obtuvó el premio al segundo lugar.
Paco Céspedes fue el indiscutible triunfador de la feria. En las tres tardes y en todas sus faenas anduvo ganoso y entregado, con la ilusión propia de quienes aspiran a seguir escalando posiciones. No se alivió en ningún astado que le toco en suerte. Con valor sereno a todos quiso sacarle partido. Estuvo seguro con el capote, firme con la muleta y contundente con la espada. Cortó tres orejas, una por tarde, y se llevó el Escapulario de Oro de la Virgen de las Nieves.
Vicente Bejarano, no tuvo suerte en su lote. En general hizó faenas de aliño. Y en los que algo se dejaron tuvo detalles intermitentes de toreo bueno. Se fue de vacío.
David Gil, muy profesional y batallador en los buenos y en los otros. Lució su técnica en faenas de cercanías y desplantes, no excentas de temple y mando. En general certero con la espada cortando dos orejas.
En el plano subalterno actuaron seis banderilleros y dos picadores, resultando Richard Huarcaya merecedor del premio al mejor banderillero.
Foto: Paco Céspedes.
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