Con el corte de una solitaria oreja por parte del matador de toros peruano Paco Céspedes, que a la postre le significó merecer el trofeo al diestro triunfador de la Feria Virgen de las Nieves, celebrada del 6 al 9 de agosto, concluyó ayer, con la tercera tarde taurina en la plaza de toros de Coracora (Ayacucho).
Con plaza llena, se lidiaron y mataron astados de diversas ganaderías locales, mansos y descastados en general que imposibilitaron el lucimiento de los matadores alternantes. Se devolvieron siete reses por mansedumbre extrema.
Vicente Bejarano, silencio, silencio, silencio, silencio, silencio.
David Gil, ovación, silencio, silencio, silencio y ovación.
Paco Céspedes, silencio, oreja, silencio y ovación.
Foto: Paco Céspedes.
Con plaza llena, se lidiaron y mataron astados de diversas ganaderías locales, mansos y descastados en general que imposibilitaron el lucimiento de los matadores alternantes. Se devolvieron siete reses por mansedumbre extrema.
Vicente Bejarano, silencio, silencio, silencio, silencio, silencio.
David Gil, ovación, silencio, silencio, silencio y ovación.
Paco Céspedes, silencio, oreja, silencio y ovación.
Foto: Paco Céspedes.
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