lunes, 20 de junio de 2022

ROCA REY, UN LÍDER SIN FRONTERAS Y PROMOTOR DE LA FIESTA EN EL PERÚ

Entre Toros

Andrés Roca Rey surgió como antaño lo hacían las figuras: arrolló de novillero, abrió la Puerta Grande en Madrid tras doce años cerrada a los novilleros, triunfó fuerte en Sevilla a pesar de que lo asumieron como al equipo contrario que juega en casa contra el equipo local, salió a hombros seis tardes seguidas en Valencia, triunfó en México y triunfó en Suramérica entera. Si lo que ha hecho en la segunda década de este siglo lo hubiera hecho en los años sesenta, no podría salir a la calle como un ciudadano normal: su popularidad se lo impediría. Pero la Fiesta ahora es un gueto cercado por el silencio mediático y debemos acostumbrarnos a que nuestros ídolos sean personajes anónimos para el resto de la sociedad. Así son las cosas, al menos en España.

Lo que acabo de afirmar, improcedente para los aficionados exquisitos, no le extrañará al resto de los aficionados, que son más. Por eso, el limeño llena las plazas a diferencia de todos los toreros, excepción hecha de José Tomás y Morante (el madrileño una vez al año y el sevillano en las plazas importantes). Pero como me dijo un día Enrique Martín Arranz, "al sol no se le puede tapar con un dedo y la verdad se impone a la adversidad más injusta". 

Los adversarios de Roca Rey aducen que no es un torero de calidad. Y te nombran a Morante, a Diego Urdiales, a Pablo Aguado, a Juan Ortega… Y uno, que admira el arte de esos toreros más que ellos, se queda pasmado ante tanta simpleza. Y enumera para sí mismo –discutir lo evidente es cansino- las cualidades que definen a una figura del toreo. Y se dice, figura es aquel que llama la atención en el ruedo aunque no esté toreando; el que obtiene mayores prestaciones del toro, y por tanto cuaja mayor número de toros, porque su maestría nace una entrega absoluta que desarma y se adueña del enemigo más renuente; el que en cada cite enmudece a las plazas; el que en el toreo accesorio las sobrecoge y en el fundamental es largo, magistral, profundo y las colma; el que triunfando siempre nunca es previsible; el que mata, sea como sea el toro, en corto y por derecho. Y todos esos requisitos los reúne Roca Rey con la mayor naturalidad del mundo.

Sus hechos lo refrendan, porque crean riqueza. Y no solo llenando las plazas, sino porque convierten un mercado taurino pequeño en un mercado grande. Y eso es lo que está pasando en Perú, la patria del torero. Siempre hubo toros en el lejano país andino, festejos populares en los pueblos y corridas en las pocas plazas importantes existentes. Pues bien, el día en que se reabra Acho, uno de los cosos más antiguos del mundo, con Bejar, Sevilla, Ronda y Aranjuez, la corrida celebrará la salud peruana de la corrida de toros con Andrés en el cartel. No estará mal verle hacer ese paseíllo en los tiempos que corren, con los cinco gobiernos de los cinco países taurinos de América contrarios a la Fiesta. 

José Carlos Arévalo

 

No hay comentarios: