Nota publicada hoy, lunes 16 de mayo de 2022, en la página web del Diario El Comercio, de Lima, Perú, en el Blog Fiesta Brava en el Perú y el Mundo.
Pablo J. Gómez Debarbieri
La de ayer, 15 de mayo, en la plaza de La Esperanza de Lurín al sur de Lima, fue una corrida interesante gracias a los diversos matices de los toros lidiados. Los astados de la ganadería Parra −todos cinqueños (con cinco años)−, de procedencia Parladé Domecq, dieron un juego variado y todos exigieron a los diestros. La edad del ganado fue evidente durante la lidia. Sobresalió el cuarto, premiado con la vuelta al ruedo.
Toros con trapío y edad, al igual que en la corrida del pasado 1 de mayo. Así deberían lidiarse siempre en cualquier plaza limeña. Sea grande o chico el ruedo del coso. Sean figuras o no los alternantes.
El cartel de la corrida era atractivo, pero quizá por falta de publicidad adecuada hubo poco público. Un cuarto de plaza contrastó con el lleno casi completo de hace dos semanas en el mismo escenario. Los que no fueron se perdieron una corrida muy interesante.
Octavio Chacón es un matador de Prado del Rey, Cádiz, con amplio recorrido por los pueblos del Perú, que hace unos años cuajó importantes faenas en España, ubicándose en una posición expectante. Es muy técnico y capaz de matar corridas duras.
Al primero le pegó unas verónicas estimables. A pesar de la clase de Educado, el diestro gaditano estuvo desconfiado al iniciar el trasteo. Lo toreó con la derecha, pero en una serie muy breve, abusando del pico y pasándoselo muy distanciado. La tercera serie fue algo más larga y mejor: cinco derechazos con la panza de la muleta. Lo intentó por naturales, pero ya el toro se iba parando y embistiendo con sosería, acompañando la muleta, más que acometiendo de verdad. Media estocada trasera y caída, seguida de dos descabellos acabaron con el astado. Silencio.
Al cuarto lo desaprovechó. Cierto que Rociero imponía respeto y tuvo raza; exigía un toreo de dominio, pero también posibilitaba una faena artística y emocionante. Por ello, tantas precauciones con un astado que tuvo semejante clase no eran justificables; era necesario apostar por el toro. Lo recibió con verónicas aceptables. La faena de muleta empezó con el diestro encorvado y toreando con el pico, llevándolo muy lejos de su cuerpo. Las siguientes series fueron algo mejores; aun así, sin embraguetarse; sin apreturas y con poca confianza. La única serie por la izquierda tampoco fue buena, a pesar de que el toro iba bien por ambos lados. Culminó con media estocada trasera y caída y un descabello.
El torero se peleó con un toro que merecía mejor trato. Tras la merecida vuelta al ruedo al de Parra, Chacón escuchó palmas.
Emilio Serna es un diestro con muchos años de residencia en el Perú, natural de Las Torres de Cotillas, Murcia. Durante la pandemia lidió algunos festejos en España y Portugal.
Salió con ganas de triunfo y recibió al segundo de la tarde con dos largas cambiadas de rodillas al hilo de las tablas y un fajo de delantales de buena factura. Lo llevó al caballo por rogerinas. A pesar de las dificultades que mostraba Bodeguero para embestir hacia los medios, lo citó desde el centro del ruedo para un cambiado por la espalda; como el astado no acudía, el torero acortó la distancia y le hizo el cambió con la muleta muy en corto, salvando la cornada por un pelo. Con buen criterio, desarrolló la faena en los medios, para que no se aquerenciase en tablas. La faena fue breve, pues Bodeguero duró poco y terminó aplomado. Hubo buenas series por el lado derecho; por el izquierdo fue más complicado. La estocada resultó algo trasera y ligeramente desprendida, pero dobló pronto. Obtuvo una oreja.
El quinto duró aun menos que el segundo. Metió la cara con cierta clase en los doblones con los que el diestro murciano se lo llevó hacia los medios, pero una vez en esos terrenos, Pantera se quedó muy corto. Serna lo intentó todo: torear con la muleta retrasada, citarlo de lejos para aprovechar la inercia de la embestida, citarlo en corto; lo probó todo, pero nada funcionó; por un lado y por el otro. A pesar del esfuerzo, no tuvo posibilidad alguna de cuajar una faena lucida ante un toro que no fue fácil. Cuatro pinchazos y dos descabellos culminaron un trasteo sin historia. Silencio."Alfonso de Lima" es un diestro peruano que está en un punto de madurez que posibilita actuaciones muy interesantes.
Al tercero de la tarde lo recibió con buenas verónicas, ganando terreno y rematándolas en los medios. Tuvo que tomar el capote y lidiarlo con autoridad en banderillas, al ver que su banderillero naufragaba con Mandón, que era muy serio y ofensivo de pitones. Se lo llevó a los medios con toreros doblones. Una vez allí, el toro mostró las complicaciones propias de un cinqueño. Los derechazos mostraron la entrega del torero para llevarlo toreado porque Mandón no terminó de entregarse en la muleta. Por naturales, la cosa fue aun más complicada, pues el toro sabía lo que dejaba detrás al culminar cada muletazo. Desarrolló sentido y exigió al diestro nacional; llegó al final de la faena, alzado y mostrando los pitones en alto; era difícil entrar a matar. En su primer intento, la espada resbaló sobre la divisa; a pesar de ello, el público ovacionó el esfuerzo de Alfonso. Luego metió la espada con habilidad y valor, pero el toro sacó raza y tardó mucho en doblar. Silencio; el público se enfrió al demorar tanto el astado en claudicar.
El toro que cerró plaza prometía, pero se lesionó al acometer con violencia al capote de Alfonso que lo lanceó con buenas verónicas a pies juntos. La lesión el astado condicionó el resto de la lidia. El toro era bravo y tuvo clase; quería pero no podía. El diestro lo intentó, pero en esas circunstancias, el lucimiento fue escaso. Una lástima. Estocada trasera. Palmas.
Resumen de la Corrida: Plaza de toros de La Esperanza, Lurín, Lima. Domingo 15 de mayo de 2022, día de San Isidro.
Toros de Parra, con divisa grana, oro y plata. En general, con trapío y juego interesante y variado.
Octavio Chacón (España), de verde esmeralda y oro con cabos negros: silencio y palmas
Emilio Serna (España), de morado y oro: oreja y silencio
Alfonso de Lima (Perú), de gris claro y oro: silencio y palmas.
Emilio Serna fue premiado por la mejor faena.
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