Con un lote mediano de una corrida decepcionante de Núñez del Cuvillo, Roca Rey logró lo que otras veces se le negó o lo que había soñado. Un Rey que se convierte en Príncipe, siendo en la actualidad el mandón del toreo. Nadie lleva más gente a la plaza. Nadie levanta a los tendidos con tanta pasión. Nadie es capaz una y otra vez de salvar las tardes hasta convertirlas en históricas. Y no son pocas ya las veces. El momento de la Tauromaquia en la actualidad lleva el nombre de Roca Rey, el nuevo Príncipe del toreo de Sevilla. El peruano cambió las miradas en un inicio de rodillas al sexto, al que su dominio le obligó a embestir en el buen fondo, para ser justos, de un toro que siempre fue a más. Como fue la propia faena, con dos series finales de Roca Rey de auténtico mando para poner a La Maestranza boca abajo. Dos orejas que sumadas a la que le cortó a base de imponerse al tercero le abrieron unas puertas para asomarse al Guadalquivir entre una multitud de teléfonos y una marea de gente. Molestó el viento durante toda una corrida -salvo en las dos actuaciones de Roca Rey y no porque amainara- a la que faltaron muchos finales y mucha entrega. Y en ocasiones, mejor tipo. Estética de Manzanares, mientras que Diego Urdiales tuvo que hacer frente al lote de menos opciones. Plaza de toros de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla. Viernes 21 de abril del 2023. Tercera de la Feria de Abril. Lleno de "No hay billetes".
Toros de Núñez del Cuvillo, desiguales de presentación, alguno de ellos de escaso trapío, de variadas hechuras y de distinto juego. Destacó, por encima de todos, el sexto, de gran fondo y entrega, respondió al dominio de Roca Rey y siempre fue a más. Con clase el quinto, aunque con la raza justa a partir del tercer muletazo. Con movilidad, aunque a media altura y sin entregarse, el segundo. Desigual el tercero. Sin opciones primero y cuarto.
Diego Urdiales, silencio y silencio.
José María Manzanares, silencio y silencio tras aviso.
Andrés Roca Rey, oreja y dos orejas.
Fuente: Mundotoro.
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