Tuvo la tarde de Borja Jiménez la capacidad propia del toreo grande: la de dar la vuelta a la moneda. Cuando algunos ya emparedaban su feria en un mundo de poca memoria y mucho menos paciencia, llegó Borja Jiménez para cuajar a un excelso toro de Victoriano del Río en una faena rotunda de principìo a fin. Dos orejas de hoy, de ayer y de mañana que no concedió un tirano. Porque la faena, por impacto y rotundidad, eran de dos orejas del tirón y de pañuelo azul para el toro. Para eso, peregrinaron los aficionados durante toda una feria: para ver una faena como la de Borja Jiménez. Sin embargo, el presidente, bajo toda la incredulidad, sólo concedió una. Un auténtico atraco. Porque tampoco lo ‘arregló’ con la oreja del quinto. Todo tiene un momento idóneo. Y el toreo grande, tiene que ser premiado con premio grande. Igual que la bravura. No hay sitio para compensación. Aunque Borja Jiménez consiguiera finalmente derrocar cualquier elemento, cambió toda moneda y salir por la Puerta Grande.
Plaza de toros de Las Ventas. Viernes 7 de junio del 2024. 25ª corrida de la Feria de San Isidro. Corrida de la Cultura. Lleno de ‘no hay billetes’.
Toros de Victoriano del Río y Torrealta (5º bis), desiguales de presentación y de hechuras. Varios, por debajo del trapío. De desigual juego, dentro de una corrida con opciones. Destacó el excelente segundo, que debió ser premiado con la vuelta al ruedo. Bueno también el quinto. Noble el cuarto, aunque se vino a menos. El sexto, manso. De embestida recta el tercero. El primero, con más genio que casta, puesto que acabó rajado.
Emilio de Justo, palmas tras aviso y silencio tras aviso.
Borja Jiménez, oreja con dos vueltas al ruedo tras fuerte petición de la segunda y oreja.
Andrés Roca Rey, silencio tras aviso y silencio.
Fuente: Mundotoro.
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