Por: Manolo Espinosa "El Ciclón"
Gran motivo para celebrarlo eufóricamente en este día 7 de marzo, tiene la capital de los ecuatorianos, Quito y creemos que no solo aquí se festejó este acontecimiento en donde se reivindicó la fiesta brava; sabemos que este hecho repercutió profundamente en todas las ciudades del país, en donde se ganó en la consulta popular para que permaneciera viva la fiesta brava, ya que a esta se la considera una tradición, herencia y manifestación cultural de nuestro pueblo, que debería ser declarada inmediatamente en Patrimonio Cultural Inmaterial como está vigente en otros países del mundo.
El día martes en horas de la tarde, en las inmediaciones de las instalaciones municipales, muchos taurinos se convocaron para asistir a las resoluciones del segundo debate del Consejo Metropolitano de Quito, en que se trataría la pretendida y absurda petición de los antitaurinos, de erradicar para siempre en todos los sentidos la cultura taurina, comenzando con Quito y posteriormente con el resto de ciudades que ya se encontraban amenazadas por estos grupos de terroristas sociales y culturales, -al menos eso lo pensaron- y hasta estuvieron seguros que sus alcances tendrían el efecto que buscaban.
Pero esa iniciativa antitaurirna por parte del colectivo "dibluma", se ahogó ante el caudal arrollador del sentimiento taurino de los quiteños, que con justa razón también reclamaron el respeto a sus derechos, a sus manifestaciones y sus costumbres, amparados en las leyes y la Carta Magna en las que se fundamentó el Concejo Metropolitano para tomar sus decisiones, creando la Ordenanza que respalda la actividad taurina en la capital.
Sin duda este es un primer éxito, el haber obtenido 12 votos a favor de los taurinos y 9 en favor de los diabluma, con lo que definitivamente no prosperó ese afán destructivo e irrespetuoso de los antitaurinos, por lo tanto la fiesta brava permanecerá como hasta hoy con la mutilación, pero, con la esperanza de que la siguiente consulta popular permita la restauración de su integridad y con ello también, la recuperación de la Feria "Jesús del Gran Poder".
El Concejal Marco Ponce, un taurino avezado y defensor de todas las tradiciones quiteñas sin excepción, en sus declaraciones para la prensa, manifestó su satisfacción de que la mayoría de los concejales hayan tomado una decisión correcta, respaldando los valores culturales de esta ciudad franciscana, que no puede perder jamás su identidad.
"El tema taurino va ser exactamente como ha estado, se ha respetado por supuesto la voluntad del pueblo en la consulta popular, en donde en Quito no hay la suerte de la muerte y la propuesta del colectivo diabluma, era una propuesta que atentaba contra muchos preceptos constitucionales entre ellos: el derecho al esparcimiento, a practicar las tradiciones, el derecho de educar a los hijos en las tradiciones y costumbres de cada familia, el derecho al trabajo y se necesitaban 12 votos de rigor para aprobar la propuesta de ordenanza y por la tanto esta quedó archivada" señaló el concejal.
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